Cabeza caníbal, escultura, madera, escayola y pigmento, 45 x 60 x 60 cm J.C. Robles
Arte

Autonegación

Un juego de reflejos y espejos que se ha convertido en la máxima artística de este sevillano nacido en 1962.

“Al salir del coma, abrí los ojos y vi a mis visitantes al otro lado del cristal de cuidados intensivos. El brillo de aquel cristal que nos separaba se fusionó con el de los ojos de amigos y familiares. Desde entonces, mi obra escudriña en ese espacio que hay entre el artista y el espectador, entre el emisor y el receptor”. A los veinticuatro años Juan Carlos Robles sufrió un grave accidente de moto que lo mantuvo hospitalizado durante cinco largos meses, cinco meses de reflexión sobre la experiencia que determinó toda su trayectoria posterior.

Desde entonces, reducir la distancia entre el artista y el espectador, acercarnos a su obra mediante un juego de reflejos y espejos se ha convertido en la máxima artística de este sevillano nacido en 1962 y en el tema central de su quinta exposición individual que podemos disfrutar hasta el 5 de mayo en la Galería Oliva Arauna. La muestra, que bajo el título Autonegación reúne dieciocho piezas seleccionadas entre los trabajos realizados por Juan Carlos Robles durante los últimos dos años, gira en torno a la idea de la distancia y de cómo reducirla a través del lenguaje artístico pues "cuanto más nos acercamos al Otro más cerca estamos de nosotros mismos", explica el artista. Para lograr ese acercamiento emplea diferentes soportes - escultura, fotografía, vídeo y lenguaje digital-, recurriendo a elementos de la vida cotidiana como la reproducción de su propio cráneo en la escultura Cabeza caníbal, la fotografía en Bicefalia o el sueño de la mentira y de la inconstancia” o experiencias propias y encuentros en su Sevilla natal que, junto a recuerdos cinematográficos, dan forma al vídeo La vigilia del gallo, sus sueños y otros tesoros.

Así, como él mismo explica en la nota de presentación de la exposición, Juan Carlos Robles nos transmite una muy personal visión onírica de las imágenes que trata “como negativos fotográficos ampliados” aludiendo “al momento previo que toda imagen tiene, a la intuición que antecede a todo lenguaje”. “El deseo de acceder al Otro- escribe- es pues el resorte desde el que articulo esta exposición, la metáfora y la paradoja, el camino elegido para construir nuestra autoafirmación sin renunciar a reducir la distancia que nos separa del Otro y de nosotros mismos”.

Oliva Arauna inició su andadura galerística en 1985 abriendo un espacio contemporáneo pionero y muy avanzado para su época. Un espacio único en el que disciplinas como el vídeo, la instalación y la fotografía estaban presentes en casi todas las exposiciones. Durante estos 27 años, Oliva ha demostrado su enorme sensibilidad artística y se ha convertido en una de las grandes mecenas contemporáneas, apostando siempre por la innovación, las nuevas tendencias, los nuevos medios, la creación y el trabajo artístico de las jóvenes promesas.

Galería Oliva Arauna