En 1970 el dúo neoyorquino Simon & Garfunkel publicaba su álbum “Bridge Over Troubled Water”, en el que estaba incluida la canción “Cecilia”. Era uno de los primeros lanzamientos de la multinacional Columbia Broadcasting System, CBS, que acababa de instalarse en España y cuyos discos hasta entonces eran distribuidos en nuestro país por Discophon e Hispavox. Además de empezar a editar sus referencias internacionales, la discográfica intentó hacerse rápidamente con una cartera de artistas nacionales de pop, rock y flamenco. Entre todos ellos figuraba una prometedora cantante que había elegido, influida por la lista de éxitos, el nombre artístico de Cecilia.
Hija de un militar y diplomático gallego, su nombre real era Evangelina Sobredo Galanes. Ella nació en Madrid en 1948 y después recorrer varios países debido a la profesión de su padre, finalmente fijó su residencia en la capital en donde empezó a dedicarse a la música. Tras formar con Julio Seijas y Nacho Saiz de Tejada, de Nuestro Pequeño Mundo, el grupo Expresión, fichó con CBS y grabó su primer disco, un sencillo con “Mañana” en la cara A y ”Reuníos”, dedicado a The Beatles, en la B.
En 1972 publicó su primer Lp, “Cecilia”, que incluía algunos de sus grandes éxitos: “Nada De Nada”, “Dama, Dama” o “Mi Gata Luna”. Cantautora muy de su época, en sus canciones había una gran carga existencialista y feminista, una cierta rebeldía y una actitud de protesta que, con gran convencimiento, traspasaba a su interpretación. En la portada del disco aparecía ella con un guante de boxeo, en referencia, una vez más, a Simon & Garfunkel y a su canción “The Boxer”.
Al año siguiente sale su segundo álbum muy originalmente titulado “Cecilia 2”. Ella quería llamarlo “Me Quedaré Soltera” pero de nuevo la discográfica se negó porque no era políticamente correcto. El amor, la infancia, el ecologismo, el suicidio o la Guerra Civil, todo siempre con un leve tinte de tristeza, son algunos de los temas que trata en sus canciones.
El año 1975 fue muy intenso para Cecilia. Tuvo que acudir, casi obligada, al Festival de la OTI, en donde quedó segunda con una canción que tiene una larga historia de enfrentamientos detrás. Luego sacó un disco recopilatorio, con una portada dibujada por la propia cantante, y en el que se incluía el sencillo publicado unos meses antes “Un Ramito De Violetas”.
El dos de agosto de 1976, cuando regresaba a Madrid tras un concierto en Galicia, moría al chocar su coche contra un carro de bueyes en Benavente, Zamora. En el auto viajaban sus tres músicos, dos sobrevivieron y el batería Carlos de la Iglesia también fallecía. Una estupidez.
Influenciada por los grandes cantautores americanos como Pete Seeger, Bob Dylan, Joan Baez o Paul Simon, su figura y su música se han mantenido a lo largo de los años sin perder ni frescura ni vigencia y se ha convertido, a su vez, en influyente.
“Un Ramito De Violetas” expresa las contradicciones que vivían las mujeres de aquella época. Por un lado fantaseaban con otra vida, con la libertad, con una relación sentimental muy distinta a la que mantenían y, por otra parte, aceptaban sin rechistar las ataduras del matrimonio, con todas sus consecuencias, incluida la negación absoluta de ser ellas mismas, de sentir, de pensar. La moral social del momento, estricta, machista y dominante.
Quién mejor que Cecilia para recordarnos cada nueve de noviembre.
Era feliz en su matrimonio
Aunque su marido era el mismo demonio
Tenía el hombre un poco de mal genio
Y ella se quejaba de que nunca fue tierno
Desde hace ya más de tres años
Recibe cartas de un extraño
Cartas llenas de poesía
Que le han devuelto la alegría
Quien la escribía versos dime quien era
Quien la mandaba flores por primavera
Quien cada nueve de noviembre
Como siempre sin tarjeta
La mandaba un ramito de violetas
A veces sueña y se imagina
Cómo será aquel que tanto la estima
Sería un hombre más fiel de pelo cano
Sonrisa abierta y ternura en las manos
No sabe quien sufre en silencio
Quien puede ser su amor secreto
Y vive así de día en día
Con la ilusión de ser querida
Quien la escribía versos dime era
Quien la mandaba flores por primavera
Quien cada nueve de noviembre
Como siempre sin tarjeta
La mandaba un ramito de violetas
Y cada tarde al volver su esposo
Cansado del trabajo la mira de reojo
No dice nada porque lo sabe todo
Sabe que es feliz, así de cualquier modo
Porque él es quién le escribe versos
Él, su amante, su amor secreto
Y ella que no sabe nada
Mira a su marido y luego calla
Quien la escribía versos dime quien era
Quien la mandaba flores por primavera
Quien cada nueve de noviembre
Como siempre sin tarjeta
La mandaba un ramito de violetas.
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5