El estadounidense Tyler Ramsey, que ha sido el guitarra solista -y también coautor de canciones- de Band Of Horses durante diez años, girará por España acompañado de su banda el próximo mes de noviembre. Su tour pasará el jueves día 14 de ese mes por la sala Sidecar de Barcelona, el viernes 15 estará en Madrid en el Café La Palma, dentro del ciclo Momentos Alhambra, el sábado 16 pasará por Zaragoza para tocar en La Lata de Bombillas y el domingo 17 cerrará su gira por nuestro país en Valencia, en el 16 Toneladas. La venta de entradas para estos conciertos ya está en marcha
Tyler, que formó parte de la alineación del disco clave de Band Of Horses, “Cease To Begin”, el que los hizo despegar, anunció su marcha definitiva del grupo en mayo de este año, para así centrarse en su carrera en solitario. Una decisión que coincidió también con el adiós del bajista de la formación, Bill Reynolds. Hasta poco antes de esa fecha Tyler había publicado tres álbumes con su nombre: su LP homónimo de debut en 2005, “A Long Dream About Swimming Across The Sea” (2008) y “The Valley Wind” (2011). Pero el 8 de marzo de este año, con el apoyo del sello Concord Music / Fantasy Records, ha visto la luz su cuarto disco, “For The Morning” es un trabajo magnífico, grabado en Louisville (Kentucky), que contiene temas exuberantes registrados con ayuda de viejos y nuevos amigos, entre espléndidas armonías vocales y contrapuntos de guitarra.
Tyler Ramsey, nacido en Cincinnati, Ohio, es un cantante y guitarrista -aunque también ejerce de multiinstrumentista: piano, percusión, teclado y bajo- muy bien establecido en la escena musical de Carolina del Norte, donde creció en la ciudad de Asheville. El sonido de su Americana absorbe las enseñanzas de los nombres que le marcaron en sus años de aprendizaje, principalmente los bluesmen Mance Lipscomb y Mississippi John Hurt y maestros del fingerpicking como John Fahey y Leo Kottke.
El vídeo que se nos ofrece, vemos a Tyler Ramsey interpretando en vivo desde su estudio en Candler, NC, uno de los cortes de su último álbum "A Dream of Home".
Como escribió el naturalista John Muir: "En cada caminata con la naturaleza, uno recibe mucho más de lo que busca". Es por eso que Tyler Ramsey se va al bosque cuando está escribiendo y por qué él y su esposa se han asentado en una parcela de tierra a muchos kilómetros de la ciudad más cercana de Asheville, para criar a su pequeña hija. Para Ramsey, vivir deliberadamente y con un poco de espacio, alejado de las distracciones y del encanto del consumo innecesario, es la forma en que se siente más creativo y cómodo. Y mientras escribía “For The Morning”, su primer álbum desde “The Valley Wind” en 2011, Ramsey aprovechó ese mundo aislado donde la imaginación florece y los sonidos para extraer son abundantes para crear su trabajo más real y honesto hasta el momento.
La casa Ramsey está rodeada de montañas, campos y árboles y un pequeño río serpentea a través del terreno. Los animales salvajes viven en el bosque de la familia, y realizan visitas diarias para cantar sus propias canciones. El estudio de música construido a mano por Ramsey le ofrece un refugio del ruido o la oportunidad de que ellos se unan al coro, dependiendo de si tiene o no las ventanas abiertas. Las cosas que hace en casa son las cosas que canta en sus canciones, ni disfrazadas ni fabricadas, y de acuerdo con su existencia elegida por lo que aclara que su estilo de vida no es una etiqueta que se debe usar, sino simplemente su preferencia.
“For The Morning” está lleno de instrumentación que conecta al oyente con esta configuración: radiante piano acústico y destreza, destreza para tocar la guitarra y un conmovedor y suave pedal Steel. Todo nos traslanda a los bosques de Ramsey incluso antes de que alguna palabra pueda llevarnos allí. Pero, como él mismo revela, el proceso que dio vida al álbum no fue solo un paseo soleado entre los pinos: un bebé recién nacido y el programa de giras de un músico profesional crean sus propios retos. Por lo tanto, Tyler Ramsey tenía que encontrar un equilibrio, y aprendió a aprovechar los momentos fugaces de quietud siempre que fuera posible, al tiempo que utilizaba su tiempo en la carretera como su propia forma de inspiración.
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