Classical

Tornami a vagheggiar, Alcina. George Frideric Handel

Sus contemporáneos exigían que este aria lo cantara la prima donna.

Alcina es una ópera seria en tres actos con música de George Frideric Handel basada en los cantos VI y VII del poema épico Orlando Furioso de Ludovico Ariosto, ambientado en la época de las luchas de Carlomagno contra el Islam. El libreto final los escribió Antonio Marchi, aunque se inspiró en L´Isola d’Alcina - La isla de Alcina -, un libreto de Riccardo Broschi, hermano del más famoso de los castrati de la época, el gran Farinelli. Alcina se estrenó el 16 de abril de 1735 en el Covent Garden de Londres.

Por la variedad musical de sus arias, la caracterización psicológica de sus personajes y de su trágica heroína, Alcina - junto con Julio César en Egipto -, representa la cima de la producción operística de George Frideric Handel (1685-1759). El argumento de la ópera trascurre en la isla de la hechicera Alcina que, con sus poderes mágicos, mantiene embrujado al protagonista Ruggiero. Bradamante, su prometida, se presenta en la isla disfrazada de su hermano Ricciardo para rescatarlo. Pero Morgana, la hermana de Alcina se enamora del supuesto caballero Ricciardo, complicándose aún más la trama.

Handel acostumbraba a introducir arias intrascedentes en apariencia aunque, en realidad, son auténticas metáforas de las circunstancias y sentimientos de los protagonistas de sus obras. En Alcina eso ocurre, por ejemplo con el Verdi Pratti, en el que Ruggiero prevé la destrucción del mundo bucólico y mágico en el que vive con un texto lleno de simplicidad. También en Mi Lusinga il dolce affetto, en el que Ruggiero, en creciente confusión e incertidumbre, ve que la fuerza mágica de Alcina está comenzando a perder su poder tras el encuentro con su ex amante Bradamante. Y también sucede con este Tornami a vagheggiarVuelvo a estar enamorada -, con el que termina el acto I, un texto simple que se repite pero muy efectivo y destinado al verdadero lucimiento de la soprano. Excelente hasta el extremo de que los contemporáneos de Handel exigían ceder ese aria, destinado a Morgana, a la prima donna Alcina, y así ha permanecido en muchas representaciones posteriores.

Morgana
Tornami a vagheggiar,
te solo vuol amar quest'anima fedel, caro mio bene.
Già ti donai il mio cor, fido sarà il mio amor;
mai ti sarò crudel, cara mia speme.
 
Morgana
¡Vuelvo a estar enamorada!
¡Mi alma sólo te desea a ti, amado mío!
Te daré todo mi corazón y mi amor te será fiel,
querida esperanza mía.

Salir de la versión móvil