Esta es la historia de una banda que empezó como un proyecto personal, casi un entretenimiento casero, por parte de alguien a quien la música le ocupa todos sus ratos libres. Por simple por pasión. Una manera de hacer las cosas sin prisa, sin mayores pretensiones y sin tensiones. Ese músico individual, encerrado en su habitación es Jesús Mallo.
Antes de recluirse en sus aposentos, Mallo había pasado por algunas pequeñas y efímeras bandas locales como Perdidos En Tribeca y Oh! Violet. En el primer semestre de 2011 grabó un Ep con cinco temas propios titulado “Primer Tiempo”. Tal vez porque es un tipo sociable o tal vez por necesidad, buscó otros seres afines a él y El Coleccionista amplió plantilla. Ahora, Mallo es el cantante y además se ocupa de la guitarra y la armónica y también están Rosa Arroyo que hace voces y toca los teclados, el acordeón y algunas percusiones, y Diego Nistal que se apaña con la guitarra, el bajo y el ukelele.
En octubre de 2012, ya funcionando como trío, El Coleccionista sacó otro Ep, “Superucraniana”, en el que se desarrollaba lo apuntado en el primer disco. Canciones de indie pop, artesanales y muy cuidadas, orfebrería pop. En ellas, como en todo lo que hacen, sus gustos, al menos los que habitualmente reconocen, tienen presencia en su concepto musical: The Pale Fountains, Dead Can Dance, Mercury Rev o The Pains Of Being Pure At Heart. Elegancia y sencillez, claridad y delicadeza.
Su nuevo Ep se titula “Disco Boite”, contiene cuatro temas envueltos en una estética y en un sonido discotequero, aunque es tan sólo una apariencia porque detrás hay pop, mucho pop. Melodías adherentes y sencillas, muy directas, estribillos que surgen como fuegos artificiales, ritmos contagiosos, inocencia a raudales. Han contado con la colaboración de Guille Mostaza, quien ha echado una mano con algunas mezclas y algún teclado. Es la primera vez que El Coleccionista cuenta con alguien ajeno al grupo para el registro de su música. El grupo sigue creciendo.
La canción “Toni2” está dedicada a un piano-bar fundado en 1979, situado en una transversal de la calle Barquillo y muy conocido en Madrid. En este local se reunía la bohemia madrileña más canalla en un ambiente muy muy decadente, alrededor de un piano, con pianista incluido. En esos días de gloria se llenaba de cincuentones cantarines y ligones. Actualmente, y dado que cierra a las seis de la madrugada, se ha convertido en un after y es un lugar de moda de lo más cool, repleto de modernos, hipsters y allegados. De puro rancio se ha vuelto moderno. El video, tan kitsch y divertido, como el tugurio al que rinde homenaje. Bobby Farrell, el cantante de Boney M., se revuelve en su tumba. La canción debería ser un hit en todas las emisoras de radio.
Todo es reversible y quizá
El tiempo reste horas para avanzar.
Mira tus iconos y verás
Que el polvo ahoga todo, ya nada es igual.
Arrugas mal disimuladas
Y resacas que no acaban.
Cuando el pasado es tu presente,
Disco Boite decadente.
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