Se acaba de anunciar el álbum debut de la banda pop de New Orleans, The Convenience. En “Accelerator”, que así se titula el disco, el dúo formado por Nick Corson y Duncan Troast hacen lo que describen como un "mundo pop plástico donde las cosas no son del todo reales", extrayendo de una amplia gama de influencias como Prince y Stevie Wonder, hasta ofrecer la futura música pop corporal para mover el cuerpo. El álbum se lanzará en Winspear, el venerable sello detrás de los lanzamientos de Slow Pulp, Divino Niño, Kevin Krauter, Barrie y Video Age (con quienes actúan Corson & Troast).
En la canción y el sencillo principal del álbum, el dúo construye una fantástica canción pop con infusión de funk, que se completa con líneas de bajo gomosas, toques relucientes de sintetizador y órgano y una salida orquestal digital surrealista. El video que lo acompaña es una fiesta de baile completa en un taller mecánico, lleno de grasa y con un nivel de energía a la par con la vertiginosa canción.
“Realmente fue súper natural”, dice Duncan Troast, explicando cómo él y Nick Corson llegaron a formar The Convenience y, aunque él quiere decir que era tan orgánico como respirar, la música que estos dos conjuran proviene de una realidad alternativa. Partiendo de un pastiche de sonidos de los 80 y su propio rolodex (ese cacharro que suele haber sobre la mesa de un despacho y que señala el día y en donde se apuntan las notas pendientes) de futuros florecimientos del pop, su nuevo álbum “Accelerator” suena como una fiesta discotequera nocturna con un mar de cuerpos bailando iluminados por una luna alienígena.
Ambos músicos se conocieron en la Universidad Loyola de Nueva Orleans, donde, irónicamente, terminaron por conveniencia. Troast creció en un suburbio de Nueva Jersey, donde tocó el piano hasta que "tuvo la edad suficiente para odiarlo", y finalmente pasó a estudiar jazz, donde su maestro se convirtió en uno de los primeros mentores. Nervioso por su futuro, se topó con el programa de música de Loyola, al que podías postularte simplemente enviando un video de actuación. Corson, por otro lado, estaba ansioso por alejarse lo más posible de San Francisco y pensó que podría encontrar su camino hacia un estudio de grabación si audicionaba para estudiar guitarra clásica. Después de estar en órbita durante años, terminaron como músicos secundarios en la banda local Fishplate (cuyo compositor principal, Grady Bell, ahora maneja el arte visual icónico de su banda). Rápidamente se hizo evidente que había una química especial entre los dos y no fueron los únicos en tomar nota: mientras grababan con Ross Farbe, los tres entablaron una amistad inmediata y él los invitó a unirse a su banda, grupo de pop en auge Video Age.
La invitación no podría llegar en un mejor momento: Corson había abandonado la escuela y los dos estaban dudando qué hacer con sus vidas tras la universidad. La oferta de tocar en su banda favorita y experimentar la vida en la carretera fue el antídoto perfecto para su incertidumbre. En poco tiempo, ambos pasaban el tiempo de inactividad entre giras explorando cómo podría sonar su propia música, cultivando un tierno espacio de admiración mutua, un lugar donde la magia podría suceder.
Esos primeros EP se mostraron prometedores, pero cuando se colocan junto al resplandor iridiscente de su nuevo material, está claro que hubo un cambio fundamental. "Había una desconexión de la música que estábamos haciendo y la amplitud de la música que amamos", explica Corson, "estaba volviendo a aprender a escribir canciones". Los dos volvieron a la música que los hizo sentir realmente vivos, volviendo sobre los discos de Stevie Wonder, Prince, NSYNC, "tratando de averiguar por qué se sentía tan bien".
El resultado de esos esfuerzos es un álbum singular lleno de placer visceral e inmediato; música corporal para un futuro del pop plástico. La canción “Accelerator (Pts I + II)”, marca el ritmo del disco, su línea de bajo gomosa y su voz sedosa, una inyección de dopamina innegable. Es una canción que fantasea con perder el control, invitando a alguien a tomar el volante.
En esencia, “Accelerator” de The Convenience es una celebración de la amistad y el poder transportador de la música. Es una oda a la alegría de bailar, de amar solo por haber amado y convertirse en quien eres.
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