Eugen Sandow, que se llamaba en realidad Friederich Wilhem Müller, es algo así como el primer culturista de nuestra civilización.
Obsesionado con las estatuas griegas buscaba el ideal del cuerpo perfecto y logró un cuerpo musculado que exhibía por toda Europa y Estados Unidos, algo así como el Hombre más fuerte del mundo de los circos, pero en bien. Además vendía pesas, poleas y variedad de aparatos de ejercicios. También en esto fue el primero. Por si fuera poco tenía publicista propio, Un chico de Chicago, Illinois, que se llamaba Florenz Siegfeld que además de encargarse de la comunicación de los eventos de Sandow tenía arte en aquello de la escenografía. Florenz en realidad lo que quería era ser productor de teatro, de musicales. En un viaje a Europa Ziegfeld cononce a una actriz y cantante judía de origen polaco que se había hecho famosa en Londres por cantar canciones subiditas de tono para la época, Anne Held. Se la lleva a Nueva York y se casa con ella.
Ambos juntan sus aspiraciones personales y profesionales inspirándose en el Folie Bergère de París y entre 1907 y 1931 producen una serie de vodeviles bajo el nombre de Ziegfeld Follies que se hacen famosos por las chicas, por el desparpajo y la frescura, por… esas cosas del cabaret. Quince años después del último espectáculo, en 1946, la Metro Goldwyn Mayer, que había nacido en los años de gloria de los espectáculos de Zieglfeld y Held, produce una comedia musical basada en el Ziegfeld Follies y que llevaría por título… Ziegfeld Follies, que además de siete directores contó con un elenco de actores, cantantes y bailarines de vértigo entre los que estaban Fred Astaire, Judy Garland, Esther Williams, Cyd Charisse ... y Gene Kelly. Este es uno de los momentos que más me gusta de la película, quizás por ese duelo y sincronía de genios que son Astaire y Kelly.
Hello!
How are you?
How's the folks?
What's new?
I'm great!
That's good!
Huh-huh!
Touch wood!
Well well!
what say?
How've you been?
Nice day!
How's things?
What's new?
That's fine!
How are you?
Nice weather we are having, but it gives me such a pain,
I've brought my umbrella so of course it doesn't rain!
Well, hey'ho!
That's life!
What's new?
How's the wife?
Got to run!
Oh my!
Ta-ta!
Olive oil!
Goodbye!
Ten years went quickly by for both these subste-antial men,
And then it happened that one day they chanced to meet again!
That they had both developed in ten years there was no doubt,
And so of course they had an awful lot to talk about!
Hello!
How are you?
How's the folks?
What's new?
I'm great!
That's good!
Huh-huh!
Touch wood!
Well well!
what say?
How've you been?
Nice day!
How's things?
What's new?
That's fine!
How are you?
I seem to know your face but I just can't recall your name!
Well how've you been old boy? You're looking just about the same!
Well, hey'ho!
That's life!
What's new?
How's the wife?
Got to run!
Oh my!
Ta-ta!
Olive oil!
Goodbye!
Before they met again, some twenty years they had to wait;
This time it happened up above, inside Saint Peter's gate!
A harp each one was carrying, and both were wearing wings,
and this is what they said as they were strumming on the strings;
Hello!
How are you?
How's the folks?
What's new?
Got to run!
Oh my!
Ta-ta!
Olive oil!
Goodbye!