Folk

Taylor Leonhardt encarna todos los valores de la tradición del folk

La cantautora acaba de debutar con un álbum emotivo y contundente.

Es larguísima la lista de músicos que mantienen viva la llama del folk en todo el mundo, pero aún más en Estados Unidos donde existe una tradición bien arraigada de contar historias, personales o no, con tan solo una guitarra, una voz y una cierta facilidad poética. Este es el caso de Taylor Leonhardt, un eslabón más en la, afortunadamente, interminable cadena.

Procedente de Raleigh, Carolina del Norte, Taylor Leonhardt es una de las figuras emergentes de la escena musical folk de aquel estado. Su talento para escribir canciones y para interpretarlas la ha colocado en un lugar destacado entre los nuevos valores del folk estadounidense.

Esta artista es una mezcla perfecta entre la legendaria cantautora de Maine, Patty Griffin y de Sara Groves, una cantante, compositora y productora de Minnesota que se ha convertido en una de las máximas figuras de la CCM (Contemporary Christian Music). Cuando Taylor canta resuenan los ecos de la genial Griffin, por su manera de entonar y por su timbre de voz. Y además, sus canciones retoman de la Groves su espíritu, convirtiendo sus composiciones en pequeñas oraciones, sinceras y honestas conversaciones con Dios, al que parece encontrar tanto en lo cotidiano y ordinario como en lo milagroso y excepcional.

Su debut discográfico se produjo en octubre de 2015 con el lanzamiento de un EP -casi un mini LP-, titulado “Truest Things”. Después, el pasado año 2017 y tras la publicación de su canción “Behold” a través de un EP compartido junto a Jess Ray y Trey, en el cual cada uno de ellos aportaba un tema, Taylor LeonHardt editó el pasado 29 de septiembre su primer álbum, “River House”, en el que ofrecía una decena de canciones de enorme carga emotiva y sublime delicadeza.

Diez canciones compuestas por ella misma, que además se encarga de cantarlas y de tocar la guitarra acústica. Su mano derecha fue Jess Ray, quien junto a la cantautora ha producido el disco, se ha encargado de las guitarras, los teclados, el bajo y de hacer coros y además ha ejercido de ingeniero de sonido. Un buen grupo de eficientes músicos se han encargado de enriquecer las composiciones con el pedal Steel, el piano, los coros, algunos vientos, banjo, violín y cello.

Buen disco de una talentosa cantautora que llega llamando fuerte a nuestra puerta. No viene sola, llega con un disco bajo el brazo que es una de esas obras que, como los transitados caminos del bosque, perdurará en el tiempo. Atentos a este nombre, Taylor Leonhardt. Probablemente no sea número uno en las listas de ventas pero sí que conquistará el corazón de aquellos que la escuchen.

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