Classical

Sonata para arpeggione, I Allegro moderato. Franz Schubert

Fue compuesta para un instrumento que no sabíamos como sonaba hasta hace poco tiempo.

El arpeggione es un instrumento de cuerda construido en el año 1823 por el lutier austriaco Johann Georg Stauffer, el más famoso violero vienés de su tiempo, que lo llamó así porque en teoría estaba dotado de forma especial para producir arpegios. A este instrumento, derivado de la viola da gamba, se le considera hermano del violoncello por su apariencia y la posición en que se toca y de la guitarra por los trastes, sus seis cuerdas y por su forma de afinación. La existencia del arpeggione fue efímera, pocos compositores e intérpretes se interesaron por él, no quedando ningún ejemplar en activo más allá de alguna pieza de museo. Un instrumento también conocido como Guitarra de Amor que no sabíamos como sonaba hasta que hace poco tiempo el violoncelista belga Nicolas Deletaille encargó uno, grabando la Sonata para arpeggione y piano D. 821 de Franz Schubert acompañado por Paul Badura-Skoda al piano.

La Sonata para arpeggione y piano D. 821 de Franz Schubert es probablemente la única obra importante que se compuso para este instrumento.  Según unos, el encargo le llegó a Schubert del propio Stauffer; según unos, vino de Vincenz Schuster, amigo del compositor y virtuoso del instrumento que habría encargado una obra para arpeggione a varios compositores. Estrenada en 1824, el mismo año de su composición, quizás se ejecutó alguna vez en algún salón privado pero no se publicó hasta 1871, cuarenta y tres años después de la muerte del compositor. Ya por entonces, el arpeggione había caído en el olvido, por lo que fue publicada para múltiples instrumentos, en especial para piano y violonchelo, como la que hoy os traemos, interpretada por Pola Benke a la cuerda y Hyobin Kim al piano, que inicia la exposición.

Franz Schubert, el joven compositor de corta vida pero intensa labor compositiva, destacó principalmente por sus lieder, pero compuso además 21 sonatas, siete misas y nueve sinfonías. Entre estas últimas esta hermosa sonata Arpeggione, una pieza en principio de circunstancias, pero que presenta el típico carácter melodioso, expresivo y fresco del mejor Schubert.

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