Classical

Sicilienne. Gabriel Fauré

Junto a la famosísima Pavana es su obra más celebrada.

El belga Maurice Materlinck, Premio Nobel de Literatura en 1911, fue el autor de Pelléas et Mélisande, un drama simbólico estrenado en París en 1893 que despertó una inmediata fascinación entre compositores de la talla de Debussy, Schönberg, Sibelius y Fauré. Sólo cinco años de aquel estreno, este último recibió el encargo de componer la música incidental para el estreno de la obra en Londres. Con poco tiempo para trabajar, Fauré tomo varios elementos de algunas obras anteriores inacabadas, incluyendo partes de la orquestación preparada por uno de sus discípulos más aventajados.

Años después el propio Gabriel Fauré revisó la partitura original escogiendo tres de los números y añadiendo la Sicilienne, un número que en realidad también provenía de la música incidental, nunca acabada, para acompañar la comedia de Molière Le Bourgeois Gentilhomme. Posteriormente, volvió a transformar la Sicilienne en una pieza para violonchelo y piano, su Opus 78, que es la que hoy os proponemos que escuchéis y que, junto a la famosísima Pavana, es su obra más celebrada.

La obra de Materlinck sobre el amor condenado e imposible entre Pelléas y Mélisande se mueven entre lo real y lo onírico, un espacio y un estado del alma que se ajustaban de forma irreprochable a la sensibilidad fin de siècle. Melancolía de un mundo decadente perfectamente adecuada a la escritura de Fauré de pequeñas canciones, piezas para piano y música de cámara de una claridad melódica y una sutileza armónica excepcional.

De carácter reservado, esquivo y solitario, Fauré quizás carecía de virtuosismo, pero personificaba al artista sensitivo y sereno, capaz de componer con una sencillez que sería entendido por cualquiera. Compruébenlo escuchando esta bellísima Sicilienne interpretada por el chelista Gautier Capuçon acompañado al piano por Michel Dalberto.

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