Classical

Serenata. Franz Schubert

Todavía no ha habido un solo arreglo a esta Serenata que mejore la original Serenata de Schubert.

La Ständchen –Serenata- D. 957 la compuso Franz Schubert durante su último año de vida. Es una de sus obras más populares y se encuentra muy difundida en diversas versiones orquestales. Sin embargo, la Serenata de Schubert tiene su origen en un lied, creado por el compositor con letra del poeta Rellstab.

Es posible que mientras componía su Serenata, Franz Schubert presentiese que el final de su vida se encontraba muy cercano. Sin embargo, en la obra que creó no hay rastro de aflicción ni tormento, sino un hondo y sincero sentimiento deseoso de encontrar la paz eterna.

Os proponemos que escuchéis esta bella interpretación de la violonchelista Camille Thomas y la pianista Beatrice Berrut en el Palacio de las Bellas Artes de Bruselas. Aunque también, os dejamos este enlace en el que podréis escuchar la versión original del lied que escribiera Ludwig Rellstab para uno de los muchos Lieder que Schubert compusiera durante toda su corta pero fructífera carrera.

Leise flehen meine Lieder
Durch die Nacht zu dir;
in den stillen Hain hernieder,
Liebchen, komm zu mir!
 
Flüsternd schlanke Wipfel rauschen
in des Mondes licht,
des Verräters feindlich Lauschen
Fürchte, Holde, nicht.
 
Hörst die Nachtigallen schlagen?
Ach! sie flehen dich,
mit der Töne süssen Klagen
flehen sie für mich.
 
Sie verstehn des Busens Sehnen,
kennen Liebesschmerz,
Rühren mit den Silbertönen
jedes weiche Herz.
 
Lass auch dir die Brust bewegen,
Liebchen, höre mich,
Bebend harr ich dir entgegen!
Komm, beglücke mich!
 
 
Quedo implorando mis canciones
A ti a través de la noche;
Abajo, en la tranquila arboleda,
¡Amada, ven a mi lado!
 
Murmurantes, esbeltas copas susurran
A la luz de la luna,
El acecho hostil del traidor
No temas, tú, amada.
 
¿Oyes gorjear a los ruiseñores?
¡Ay! Ellos te imploran,
Con el sonido de dulces quejas
Imploran por mí.
 
Comprenden el anhelo del pecho,
Conocen el dolor del amor,
Conmueven con los argentinos sonidos
A todo tierno corazón.
 
Deja también conmoverse tu pecho,
Amada, escúchame;
¡Trémulo aguardo el encuentro!
¡Ven, hazme feliz!

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