Me cuenta un amigo argentino y músico alocadamente fan y estudioso de los Beatles que no hace mucho fue por su país un ilustre experto y estudioso de la batería que fue a allí para dar una charla magistral ante otros bateristas. Me cuenta que tras una larga sesión explicando ritmos, golpes y otros conceptos propios de la materia, alguien le preguntó por sus baterías favoritas. El experto, tras una muy breve reflexión dijo “Ringo Starr”. Aquellas palabras provocaron alguna risa pensando que era un chascarrillo. El hombre, toda una eminencia en el asunto, se quedó en silencio un instante y luego dijo: “No entendieron nada. Volvemos a empezar”. Lo había dicho muy en serio. Ringo Starr es uno de los más grandes bateristas de todos los tiempos.
Cuando uno visita Liverpool y lo hace en peregrinación casi mística, lo más habitual es que se apunte a todo lo relacionado con la beatlemanía. El museo, The Cavern y tal vez el autobús que recorre los lugares más emblemáticos de la ciudad por su relación con The Four Fab. Este autobús turístico que parte del puerto y termina en The Cavern, recorre todos aquellos lugares más significativos en los primeros años del nacimiento de la legendaria banda y entre ellos las casas en las que nacieron y vivieron sus primeros años Paul, John, George y Ringo.
Probablemente sean las de estos dos últimos las más humildes. La de Ringo pertenecía a un barrio construido poco después de la II Guerra Mundial y que hoy en día permanece abandonado, vallado y a esperas de ser demolido. Ladrillo entre gris y marrón, permanentemente húmedo y desde hace tiempo silencioso. Un lugar deprimente que sin embargo fue el hogar de un tipo tan divertido, socarrón y bonachón como Ringo. Lo único que queda en ese vecindario desierto es el pub The Empress, propiedad de un tío segundo suyo y que fue portada de su primer disco en solitario allá por 1970.
Evidentemente el genio musical, en cuanto a composición, y la voz, como cantante, no tienen comparación ni con Paul ni con John, ni siquiera con George, quizás un poco más discreto ante la figura de sus dos colegas. Pero la música de Ringo, sus discos, tienen un encanto muy especial. Son tan desinhibidos como él. Le gusta mucho mezclar estilos y sonidos, cruzar el pop con el swing, el jazz de Nueva Orleans con el rock, un concierto con una reunión de amigos. Le gusta divertirse y eso es algo muy contagioso.
Lo podremos comprobar en unos meses ya que Ringo Starr ha anunciado que su gira de presentación de su disco “Give More Love”, que ya ha paseado por Estados Unidos, vendrá a Europa el próximo año y pasará por España a finales de junio con cuatro fechas en nuestro país: Barcelona, Madrid, La Coruña y Bilbao.
Ringo Starr estará acompañado por la All Starr Band, una sincronizada y experta formación musical, con la que interpretará canciones de su nuevo disco, algunos de los éxitos con los que ha salpicado su larga carrera musical, algún tema de los Beatles y versiones de otros artistas como Carl Perkins o Santana. Seguro que falta a estas citas una buena interpretación del “Yellow Submarine”, del “With A Little Help From My Friends”, del “Photograph” o del “It Don´t Come Easy”. Será una fiesta y una celebración. Las entradas estarán a la venta a partir del 12 de diciembre.
Ringo tiene ya 77 años y hay que aprovechar cualquier oportunidad para ver a un mito, a una leyenda, a uno de los mejores baterías que estuvo en una de las mejores bandas de todos los tiempos. Y un gran tipo. “La De Da” es una canción perteneciente a su undécimo disco “Vertical Man”, publicado en 1998. Adorable narizotas, cuando sea mayor quiero ser como tú.
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