Classical

Preludio, Suite Holberg. Edvard Grieg

Grieg es el más famoso compositor noruego de la historia y el primer compositor escandinavo reconocido universalmente.

Grieg creció en un ambiente dominado por el amor por la música que le inculcó su madre. Más tarde se marchó a Leipzig para estudiar en el Conservatorio que Mendelssohn había fundado en esa ciudad alemana en 1843. En Alemania cogió la influencia de los compositores románticos, especialmente Robert Schumann, aunque comenzó a adaptar sus melodías a la atmósfera de su tierra natal. En un país como Noruega, que había pertenecido al reino de Dinamarca desde 1380 hasta 1814, y desde ese año hasta 1905 al de Suecia, las posibilidades de promoción eran muy escasas, por lo que el joven Grieg pasaba también mucho tiempo en Copenhague, donde formó el grupo Euterpe con el compositor danés Niels Gade y el noruego Rikard Nordraak, autor este último del himno de Noruega, con el que Grieg aprendió a conocer los cantos del norte y mi propia naturaleza.

Su acérrima defensa de la música basada en la música popular noruega le originó el enfrentamiento con académicos, músicos conservadores y críticos musicales. Hasta que el compositor húngaro Franz Liszt alabó su obra y el gobierno noruego le concedió un salario anual que le permitió dedicarse a la composición. Corría el año 1874. Al año siguiente compuso la música incidental para el drama Peer Gynt del dramaturgo Henrik Ibsen, obra que pronto se convirtió en la más representativa del nacionalismo noruego. En la misma línea, nueve años después, Edvard Grieg escribió la partitura de la Suite Holberg –originalmente llamada Suite de los tiempos de Holberg-, obra compuesta con motivo de la celebración del bicentenario del nacimiento del humanista noruego Ludvig Holberg, también conocido como el Molière del Norte.

La Holberg, una de las obras más conocidas del compositor, es una suite de cinco movimientos basada en las formas clásicas de danza del siglo XVIII. Una obra de aire neoclásico que recibió la admiración de sus contemporáneos, incluidos los críticos. El primero de los movimientos es el Preludio que hoy os traemos, interpretado por la Norwegian Chamber Orchestra dirigida por Terje Tonnesen.

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