Pop

Le Superhomard y sus canciones para colorear la vida

Los franceses Le Superhomard publican su primer disco largo.

Tenía que ser Elefant Records el sello independiente español que fichase a este quinteto francés llamado Le Superhomard. Su tradicional gusto por el pop amable, delicado y exquisito no podía dejar la ocasión de incorporar a su escudería a esta banda y de publicarles su primer álbum. “Meadow Lane Park” se publica en LP en una edición limitada en vinilo blanco, en CD y en formato digital, disponible a través de diferentes plataformas, como Spotify, Bandcamp, Deezer, iTunes, etcétera.

Este es el primer álbum del quinteto Le Superhomard, que procede de Rochefort-du-Gard, en la región de Languedoc-Roussillon, en departamento de Gard, en el distrito de Nimes y cantón de Villeneuve-lès-Avignon, al fondo a la derecha en el sur de Francia. Un grupo liderado por Christophe Vaillant, un músico con in importante pasado en formaciones de vocación mod, como la banda The Strawberry Smell o Pony Taylor.  En 2015 decide poner en marcha un proyecto en solitario al que se suma su hermano Olivier y que va tomando consistencia hasta convertirse en lo que son hoy e integrado por Benoit Pithon, Julie Big, Laurent Elfassy y Thomas Rivello. Su nombre es un pequeño homenaje, un guiño, a una escena de la película de 1966 “Let´s Not Get Angry”, dirigida por George Launtner e interpretada por Lino Ventura y Mireille Darc.

Hasta ahora, la discografía de Le Superhomard se reducía a un par de EP´s publicados a lo largo de 2017 y 2018 a través del sello japonés Rallye Records, del británico Megadodo, con Jigsaw Records en Estados Unidos y en Francia a través de Le Pop Club Records y Echo Orange.

Este primer álbum muestra, desde la portada y los títulos de algunas de sus canciones una vocación bucólica. Con los primeros acordes de “In The Park”, el corte que abre el disco, nos adentramos en paisajes infectados de ácido, regados con polvo sideral que empaña todo de una dulce lisergia, suave y placentera.

El juego de sintetizadores, mudos bajos de líneas psicodélicas, cuerdas y guitarras serenas y apaciguadoras, crean una atmósfera irresistible por la que el devenir del disco nos va adentrando. Unas veces Le Superhomard nos introduce en un viaje al centro de la mente y la alucinación vía Syd Barret; en otras nos viste con los reflejos luminosos de una gran bola de espejos al son de ABBA; y también nos toma de la mano y nos lleva por campiñas inglesas y francesas en las que florece el pop más adictivo, los colores más perfilados, los sonidos más majestuosos.

Es posible que “Meadow Lane Park” de Le Superhomard no entre en los listados de los mejores álbumes de la historia  pero a cambio nos brinda la oportunidad de tener en la estantería un disco que cada vez que suene en nuestro aparato hi-fi, nos devuelva a ese instante de placentero bienestar que siempre recordaremos. Siempre estará ahí, para nuestro disfrute atemporal.

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