Pompa y circunstancias op.39, es una serie de cinco marchas para orquesta, compuesta por el compositor inglés Edward Elgar. Echando un rápido vistazo a su catálogo, inmediatamente puede comprobarse que existen varias obras compuestas a ritmo de marcha – Imperial, Festiva, Fúnebre, Triunfal, De la coronación, Imperio-, lo que podría significar que Elgar tenía cierto apego a las armas. Pero Elgar no tenía más relación con las armas que el ser yerno de un mayor del ejército británico, sólo que entre sus gustos estaba el escribir marchas sobre un mismo tema.
Edwarg Elgar desarrolló las cinco marchas Pompa y circunstancias a lo largo de casi treinta años, desde 1901 a 1930. Grandilocuente como la música de Meyerbeer y expresiva como la de Verdi, la obra es instrumental, no tiene letra, pero Elgar se preocupó de dejar claro cuál era su intención al componerla, tomando el título de la escena III del acto III del Otelo de William Shakespeare, Adiós al relincho del corcel de batalla, al tambor que conmueve el espíritu, al pífano que perfora los oídos, a la bandera real y todas sus cualidades, orgullo, pompa y circunstancia de la gloriosa guerra. Al fin y al cabo, música para inspirar, melodías para arengar y animar a las tropas a la batalla.
La primera marcha Pompa y circunstancias fue utilizada en la ceremonia de coronación de Eduardo VII, acompañada, esta vez sí, por un texto patriótico titulado Tierra de esperanza y gloria, ocupando, desde entonces, un lugar destacado en las preferencias del público como muestra de elegancia, seriedad, protocolo, afectación y rancio abolengo. Tanto, que en muchos países anglosajones se utiliza en entregas de premios y titulaciones –de hecho es la música orquestal más interpretada de Elgar-. En muchos otros, hay quienes toman esta marcha como el himno de Inglaterra.