Willowdean
Folk

Pieces. Willodean

Un poco de Americana con unas gotas de pop sesentero es la base del sonido de Willodean.

A caballo entre Los Ángeles y Austin, entre California y Texas, nos encontramos con este trío llamado Willodean, cuyo primer álbum acaba de salir al mercado. Un interesantísimo debut discográfico por la manera de exponer el miedo que produce el amor, tanto encontrarlo como perderlo. Una música de fuertes melodías, casi ancestrales, por las que deambulan unas letras que evocan un mundo de ensueño, de recelos y de oportunidades perdidas. Su escucha nos hace vulnerables, frágiles.

Para encontrar los orígenes de Willodean hay que remontarse una década atrás, cuando Eric Holden y el cantante y pianista Randy Wooten formaron una banda llamada Randy & The Bloody Lovelies, que en 2005 publicó un excepcional álbum titulado “Lift”. Poco después montaron una discográfica, Cheap Lullaby Records, que fichó a artistas como Gus Black, Joan As Policewoman o The Bellrays. Ocupados con la producción musical y los negocios de la edición y la venta de discos, su propia banda quedó relegada a un segundo plano.

En este tiempo, Wooten estuvo trabajando con el músico y productor neoyorquino Mark Platy (David Bowie, The Cure, Robbie Williams, Natalie Imbruglia, etc.) y con el batería y percusionista Shawn Pelton, en cuyo enorme currículo encontramos desde Johnny Cash a Elton John, pasando por Van Morrison, Steve Forbert, David Byrne, Pink o Shakira. Además realizó una gira por Japón, tocando versiones punk de canciones de Frank Sinatra. Impresionante.

A su vuelta, y tras una ruptura sentimental, Randy volvió a escribir canciones y con el nuevo material en la mano decidió llamar a Holden y volver a trabajar juntos. En ese momento apareció Dan Barrett, un antiguo compañero de universidad y un cantante cuya profunda voz de barítono se ajustaba perfectamente a la música que estaban haciendo. La nueva formación estaba completa y sólo hacía falta buscarle un nombre: Willodean.

Una de las primeras canciones en estar lista fue “Pieces”, fundamental para marcar el camino de por dónde iba a ir el álbum. Una mezcla entre un coro de sintetizadores y una inquietante guitarra, un piano de descuidado sonido y una prominente mandolina. Espíritu de música Americana que se funde con el pop de los 60, una chispa de la locura de Tom Waits y el tono solitario de las buenas baladas de siempre.

Narradores de la nostalgia, la soledad y los amores rotos y perdidos, Willodean están especialmente recomendados para aquellos oídos necesitados de sonidos de folk, pop acústico y Americana en una línea similar a lo que hacen Iron & Wine, Bright Eyes, Badly Drawn Boy o Citizen Cope.

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