Classical

Panis Angelicus. César Franck

El texto corresponde a la penúltima estrofa del Solemniis Sacris, uno de los cinco himnos escrito por Tomás de Aquino para la fiesta del Corpus Christi.

La secularización, reflejo de la emancipación de la sociedad burguesa frente a la iglesia fruto de la Ilustración, hizo que entre la Revolución Francesa y la Restauración se produjera un largo paréntesis en la producción de música sacra. Sin embargo, aunque la sacra ya no ocupaba el centro del universo de músicos y compositores, el principio revolucionario de fraternidad universal trató de suplir las carencias. Además, la música moderna francesa, surgida como reacción ante la humillación de la guerra franco-prusiana que acabó con el Segundo Imperio, conservaría algunas características específicamente nacionalista. Tanto por el ideal patriótico que representaba, como porque trataba de recuperar las excelencias de la música nacional, buscando inspiración no solo en la canción popular, sino también en la resurrección de la gran música del pasado.

Una de las tendencia de la música de finales del siglo XIX se manifestó en la proliferación de sociedades dedicadas al cultivo del oratorio. El movimiento cecilianista -movimiento europeo nacido en el seno de la Iglesia Católica que reivindicaba la interpretación en la liturgia del canto gregoriano y del polifonismo renacentista- actuó, durante el Romanticismo, a favor de un resurgimiento del supuesto estilo a capella del siglo XVI, aunque sólo dio lugar a una escasa producción de música nueva.

Panis Angelicus fue escrita por César Franck en 1872 como un movimiento de la Messe solennelle à trois voix op. 12. El texto corresponde a la penúltima estrofa de las siete que componen el Solemniis Sacris, uno de los cinco himnos escrito por Santo Tomás de Aquino para la fiesta del Corpus Christi como parte de la liturgia completa de la Fiesta, incluyendo oraciones para la Misa y la Liturgia de las Horas. La primera estrofa que comienza con las palabras Panis Angelicus -Pan de los Ángeles- a menudo se ha puesto en música por separado del resto del himno.

Panis angelicus
fit panis hominum;
Dat panis coelicus
figuris terminum:
O res mirabilis!
manducat Dominum
Pauper, servus, et humilis.
Te trina Deitas
unaque poscimus:
Sic nos tu visita,
sicut te colimus;
Per tuas semitas
duc nos quo tendimus,
Ad lucem quam inhabitas.
Amen.

El pan angelical
se convierte en pan de los hombres;
El pan del cielo
acaba con las antiguas figuras:
¡Oh, cosa admirable!
se alimentan del Señor
los pobres, los siervos y los humildes.
Te rogamos,
Dios, uno en tres,
que así vengas a nosotros,
como a ti te damos culto.
Por tus caminos
guíanos adonde anhelamos,
A la luz en la que moras.
Amén.

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