El cantante británico Richard Hawley, el crooner de Sheffield, publica su nuevo álbum “Hollow Meadows”, el octavo en su carrera. Sin ser para nada un refrito o una revisión, sí que Hawley regresa a un terreno familiar para él, allí donde hay una permanente sensación de refinamiento y en donde su garganta, con tacto de terciopelo rugoso, se desenvuelve a la perfección.
A sus 48 años, Richard Hawley se ha convertido en una de las voces más importantes de la escena británica. Nacido en Sheffield en enero de 1967, toda su vida ha estado unida a la música. Formó su primera banda, Treebound Story, cuando todavía estaba en el instituto y ya en los 90 consiguió destacar con el Longpigs, una de las muchas buenas formaciones que entregó el Britpop de aquella década. Tras su disolución, y de la mano de su amigo Jarvis Cocker ingresó en Pulp, banda de culto donde las haya. Desde 2001, Howley ha intentado llevar a buen puerto un proyecto en solitario que empezó con la publicación de un Ep con siete cortes con alma casi de maquetas, que varios años más tarde reeditó el exquisito sello Setanta Records. Sin embargo ese mismo año, Howley publicó su primer álbum “Late Night Final”, el cual consiguió excelentes críticas y despertó el interés del público más exigente. Ese fue el primer paso de una discografía cuyo interés y calidad ha ido en aumento año a año, disco a disco.
Ahora llega el que tal vez sea su álbum más personal, “Hellow Meadows”, cuyo título no puede ser más apropiado teniendo en cuenta que une el antiguo nombre de la localidad Auley Meadows, en donde vivió su familia entre los siglos XIV y XVII, con su con nombre. Un disco en el que su autor, a través de sus canciones, trata de desvelar su propia ansiedad, reflexiones sobre el amor, la vida o como en el caso de “What Love Means”, el dolor de unos padres por la marcha de su hija (¿segunda lectura del “She´s leaving Home?” de The Beatles?). Una perspectiva revisionista en la que el músico ha rebuscando en sus propias raíces hasta encontrar que algo de luz pueda derramarse sobre su alma.
El disco ha sido compuesto y concebido casi como Pío Baroja escribía sus libros, en el salón de su casa, casi sin moverse. Hawley primero tuvo que recuperarse de una pierna rota y luego de una hernia de disco que le imposibilitaban para cualquier desplazamiento. Tal vez por eso este disco es más introspectivo, con un sabor reconfortantemente triste. Pero también es elegante, acogedor y muy agradable. Hawley en esencia pura.
El otoño se presenta muy movido para Richard Hawley que viajará intensamente para presentar su nuevo disco. Esta gira recorre primero el Reino Unido y después salta Europa e incluye dos fechas en España:
Lunes 16 de noviembre en el Teatro Barceló de Madrid.
Martes 17 de noviembre la sala Apolo de Barcelona.
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