Classical

Marcha del Príncipe de Dinamarca. Jeremiah Clarke

Tanta fue la fama de Purcell que durante mucho tiempo se le atribuyó esta marcha, entre otras piezas.

La muerte de Purcell a los treinta y cinco años impactó profundamente a sus contemporáneos, quienes le rindieron todo tipo de homenajes. Entre ellos su maestro, John Blow, quien hacía trece años había dejado su puesto de organista de la Abadía de Westminster para dejárselo a su alumno más aventajado, que por entonces tenía tan sólo veintidós años. Ahora, Blow escribió una oda junto a John Dryden dedicada a Purcell. Considerado el gran maestro del Barroco inglés, tanta fue su fama que hasta la década de 1940 se le atribuyó la Marcha del Príncipe de Dinamarca, comúnmente conocida como The Trumpet Voluntary.

El origen de la errónea atribución nace de un arreglo para órgano publicado en la década de 1870 por el organista de la ciudad de Leeds,William Spark. Fue el director de orquesta Sir Henry Wood quien atribuyó la marcha a Purcell cuando la volvió a arreglar para trompeta, órgano y timbales, el archiconocido arreglo conocido por todos. Posteriormente, en el siglo XX, el musicólogo Charles Cudworth descubrió que esta pieza en realidad es una composición de otro alumno de John Blow, Jeremiah Clarke, quien tenía una pieza idéntica dentro de su colección A Cholee Collection of Ayres for the Harpsichord, fechada en 1700 y llamada The Prince of Denmark's March, la Marcha del Príncipe de Dinamarca. Y que procedía originalmente de una Suite para instrumentos de viento, también de Jeremiah Clarke, primer organista y director de coro de la entonces reconstruida Catedral de San Pablo de Londres. Ciudad donde se cree que Jeremiah Clarke nació en 1674, y donde se suicidó mediante un disparo el 1 de diciembre de 1707 como consecuencia de una violenta y desesperada pasión por una señora muy bella de una clase social superior a la suya.

Jeremiah Clake también compuso música para clavicordio y órgano, misas y otras obras religiosas, incluyendo varias odas y 20 himnos, entre los que también se encuentra el famoso Trumpet Tune, también atribuida erróneamente a Purcell.

Salir de la versión móvil