Cuenta la propia Lilly Hiatt que hubo un momento en el que se sintió perdida. Acababa de regresar a casa tras pasar la mayor parte del año de gira para promocionar su aclamado tercer álbum, “Trinity Lane”, y una vez metida en la rutina diaria, despojada de los rituales cotidianos y la tensión de la vida en la carretera, se encontró sola con sus pensamientos para el primera vez en lo que le parecieron temporadas interminables.
Así las cosas, Hiatt hizo lo que siempre le ha resultado más natural en tiempos de cuestionamiento e incertidumbre: tomó una guitarra y se puso a componer y escribir. En el transcurso del invierno que siguió, escribió una montaña de música nueva que lidió con su sentido de sí misma y su lugar en el mundo, teniendo en cuenta los problemas que habían estado aflorando bajo la superficie de su subconsciente en algunos casos durante años. El resultado es “Walking Proof”, la cuarta y más inquisitiva colección de Hiatt hasta la fecha.
Lilly Hiatt nació en abril de 1984 en Los Angeles, California, aunque reside desde hace tiempo en Nashville, Tennessee. Por si su talento no fuera una gran y personal tarjeta de presentación, resulta que es hija del gran cantante y compositor John Hiatt. Su madre era la editora de sonido Isabella Wood, la segunda esposa de Hiatt y que en ese momento estaba separada de él. Isabella se suicidó cuando su hija tenía casi un año. Lilly empezó en la música con 12 años, cuando su padre le regaló su primera guitarra. Aún así, se graduó en psicología en la Universidad de Denver.
Tras montar una banda, Shake Go Home, durante su etapa como estudiante, se mudó a Nashville en donde grabó varios EP´s antes de lanzar en 2012 su primer disco “Let Down”, producido por Doug Lancio (Patty Griffin, Matthew Ryan, Todd Snider). Tres años más tarde y para el mismo sello, Normaltown, publicó su segundo álbum, “Royal Blue”.
El nuevo LP de Lilly Hiatt lo ha producido por el ex guitarrista de Cage the Elephant, Lincoln Parish. Un disco que recorre la línea entre un exterior áspero, el rock and roll de Hiatt y sus tiernas raíces country, exudando una vulnerabilidad audaz mientras se mira en el espejo. Lo que emerge es una madurez recién descubierta en la escritura de Hiatt, una sensación permanente de calma frente al caos cuando ella aprende que a veces, hay que soltarlo todo para obtener lo que más desea.
Cuando se dirigió al estudio de Parish en Nashville en mayo, Hiatt había acumulado más de veinticinco nuevas canciones y, con la ayuda del productor, redujo a un lote a un once mucho más compacto y cohesionado. Después de grabar las actuaciones principales en vivo con su banda en el transcurso de aproximadamente una semana, Hiatt dedicó la primera parte del verano a los toques finales, que incluyeron contribuciones de amigos como Amanda Shires y Aaron Lee Tasjan junto con una aparición especial de su padre, el legendario compositor John Hiatt, quien aquí se une a su hija por primera vez.
Lilly Hiatt ya no se siente tan perdida en estos días, y con “Walking Proof” ha elaborado una hoja de ruta para compartir con el resto de su audiencia.
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