La cantautora Lael Neale acaba de compartir el video oficial del nuevo sencillo "For No One For Now", un lamento dinámico ambientado en Didion en Los Ángeles. La canción, que se apoya en el machacón sonido de un tambor disco del Omnichord recuerda el ritmo agitado que se siente al conducir rápido por la autopista con el telón de fondo del Valle de San Fernando con sus palmeras dobladas y agitadas por el viento. Lael ofrece esto y reflexiona sobre el por qué: "Siempre me han encantado estos tramos de carretera donde la magia de la ciudad parece rodeada de lo mundano". La canción contrasta las idealizaciones románticas con la banalidad de doblar sábanas y tostar pan. "For No One For Now" ya está disponible en todo el mundo y en todos los DSP del mítico sello discográfico Sub Pop.
La artista Lael creció en una granja en Virginia entre acres de nubes, campos y bosques. Fue la escritura y los escritores cercanos a la naturaleza, Ralph Waldo Emerson, John Steinbeck y Mary Oliver, con los que más se conectó ya desde su infacia y más aún durante su adolescencia y su juventud. En 2009, se mudó a California con una creciente devoción por la música y durante casi 10 años ha llamado a Los Ángeles su hogar. Trabajó con innumerables músicos, productores y colaboradores, haciendo discos completos y finalmente guardándolos. A pesar de la frustración interminable, nunca se resignó. Después de descubrir un nuevo instrumento, el Omnichord (un aparato musical electrónico fabricado por Suzuki e introducido en el mercado en 1981 y que consta de una serie de botones y una placa por la que se deslizan los dedos o una especie de púa), experimentó un momento de iluminación y comenzó a grabar una avalancha de canciones emergentes con la intención de capturarlas en su forma más auténtica. Ella misma ha realizado algún comentario sobre este instrumento y el hallazgo que supuso para su desarrollo como música: “Guy Blakeslee, quien había sido un defensor durante años, facilitó el proceso. Puso un casete de 4 pistas en mi habitación y brindó una guía empática, un acompañamiento sutil pero afectivo y destreza de ingeniería".
Fue en abril de 2020 cuando Lael Neale regresó a la granja de su familia y decidió aprovechar el tiempo durante las limitaciones impuestas por este convulso período. Resucitó su vieja Sony Handycam de la escuela secundaria y la está usando para hacer piezas impresionistas que acompañan a las canciones que grabó en Los Ángeles. Ella continúa: “Estoy disfrutando del fuerte contraste entre las canciones que escribí y grabé en California y los videos que hago para ellas en Virginia. Ofrece algo inesperado". En esta entrega, la fantasía de los ojos de las estrellas se corta con una realidad aburrida y un toque de otro mundo. Es a la vez soñador y espeluznante. La dulzura está cubierta por un humor sutil mientras se burla de su propio romanticismo.
Lael Neale tiene mucho que ofrecer y su música ayuda a observar mejor el paisaje durante el largo viaje de la vida.
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