A pesar de su aparente sencillez, "Die Forelle" (La Trucha) fue una de la piezas más trabajadas de Schubert quien, mediante una combinación de instrumentos poco habitual, logra una extraordinaria composición en la que el piano simboliza el discurrir de las aguas del río donde la trucha, representada por el resto de la melodía sinfónica, nada alegre, despreocupada e inocente.
Con esta bellísima obra, luminosa y juguetona escrita en 1819 por el célebre compositor austriaco –un pequeño adelanto, además, de la deliciosa lectura que os proponemos para el fin de semana y que esta tarde descubriréis– damos la bienvenida a este viernes festivo y especial.
Compuesta por cinco movimientos, escuchamos en esta ocasión el cuarto (andantino) de la mano de un quinteto de lujo: Daniel Barenboim (piano), Itzhak Perlman (violín), Pinchas Zukerman (viola), Jacqueline Du Pré (cello) y Zubin Mehta (contrabajo).