Classical

La Couperin. Antoine Forqueray

Ha pasado a la historia por ser rival de Marais, por su técnica y por su carácter inaguantable.

La edad dorada de la viola da gamba francesa se produce a fines del XVII y principios del XVIII. Es la época de Lully, Couperin, Sainte-Colombe, Marais, De Buisson o los Forqueray, grandes maestros que desde la Chambre Royal contribuyeron al esplendor musical de la corte del Rey Sol y fueron un referente para el resto de Francia y Europa.

Marin Marais y Antoine Forqueray fueron rivales naturales y los dos gambistas de mayor prestigio del rey de Francia, y éste último el más famoso de toda una saga familiar de grandes compositores. Apodado le Père dit Le Diable por su carácter irascible, Antoine Forqueray destacó por su gusto por la improvisación y su virtuosismo en la viola, a la que quería trasladar la agilidad y la técnica de los violinistas italianos. Prueba de ello es que cuando su hijo Jean-Baptiste publicó su obra más conocida para viola y bajo continuo, las Pièces pour le viole (1747), su complejidad técnica sólo le permitió publicar un volumen con cinco suites.

Entre todas ellas, hemos escogido La Couperin, última pieza de las seis que componen la Suite nº 1 en Re menor. Una música de gran impacto expresivo y extrema dificultad que toma su nombre de la moda entre los compositores cortesanos de dedicarse obras entre ellos. En este caso La Couperin de Forqueray, como Couperin compuso una La Forqueray.

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