Jennie Lawless y Christopher Williams se definen a sí mismos como los marginados de la clase de música. Ellos son el núcleo del quinteto de Minneapolis, Minnesota, Warehouse Eyes. Jennie y Christopher son un dúo de indie pop que experimenta con sintetizadores y percusiones programadas, utiliza voces cuidadosamente tratadas y manipuladas y que además emplea cualquier otro recurso que les permita levantar un muro de sonido bailable, accesible y melódico que envuelva su pop atractivo e inspirado.
Procedentes de una formación clásica y muy abierta, en la que, durante su adolescencia y los primeros años de su veintena, escuchaban y aprendían desde jazz a ópera, pasando por country alternativo. Ese arsenal de influencias, aprendizajes y estilos musicales a su alcance, permitieron que desde su reunión, en 2012, emprendieran un proyecto en el que cada uno fue acercando sus posiciones a la del otro. Y así Jennie varió su voz hacia sonidos más actuales y empezó a escribir canciones, mientras que Christopher se comprometió en una exploración sin fronteras con los sintetizadores y el diseño de sonidos que mejor se adaptasen a su personalidad.
Warehouse Eyes empezó interpretando algunas canciones mezcladas con versiones ante sus amigos, muy simples, con piano y poco más. Sin embargo, poco a poco, empezaron a profundizar en la composición y a añadir matices y capas de complejidad e innovación a su música. Entonces agregaron guitarra, bajo y batería y grabaron su primer Ep, “Carvings”, en mayo de 2014. El disco consiguió llamar la atención de la prensa y numerosas emisiones en las radios de todo el país, lo que animó al grupo a seguir por la senda que se habían trazado.
En junio de 2015, con la ayuda del guitarrista Matt Vannelli, el bajista Kevin Scott y el batería Alex Young, Warehouse Eyes grabó su segundo disco, un Ep con cinco buenas canciones titulado “Prism” y producidas por Lance Conrad. Un bonito trabajo de indie pop alternativo, ensoñador, con muchos matices y perspectivas.
Jimmy Christenson dirige el bonito, sencillo e inocente videoclip que acompaña a la canción “I Think I Can Live With It”. A pesar de la modestia con la que se ha elaborado, el resultado es más que satisfactorio. Gran trabajo en la dirección de fotografía, tarea de la que se ha encargado acertadamente Brennan Vance.
Run until you're free
If you look back please don't look at me
I've been calm
I've been listening
It's before the fall
I don't believe in the moment don't believe in the last time
I don't believe in control don't believe in the hive mind
I don't believe in alone don't believe in my own lies
I won't be afraid
Won't be afraid
Won't be afraid
Of what I've done
Or how I love
I don't believe in the few don't believe in the rising
I don't believe in the fool don't believe in the king
I don't believe you can see me in the same way that you think
I don't believe in your breath as it cools upon my neck
I don't believe in your body or its imprint on my bed
I can't believe we're alone and you're not here to see it
I won't be afraid
Won't be afraid
Won't be afraid
Of what I've done
Or how I love
Run until you're free
If you look back, please don't look at me.
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