I See Hawks en L.A. tocaron su último concierto en el Wonder Valley Festival de Ben Vaughn. La noche estaba cargada, Ben y los Hawks empujaban contra lo desconocido al borde de la noche del desierto. Pero de repente todo se paró. Así fue como la pandemia mundial golpeó este grupo a partir de febrero de 2020. Estaban, como otros tantos artistas y bandas, lanzados y los músicos tuvieron que encerrarse en casa y esperar. Como tantos, como todos.
Pero ahora I See Hawks in L.A. son quienes lanzarán su primer álbum pospandémico, “On Our Way” en agosto. Y así cuentan el resto de la historia con sus propias palabras: “Y luego, bien lo sabes. El confinamiento. Para I See Hawks in L.A., fue disruptivo, pero precisamente nos atrae la disrupción, creamos disrupción, es una fuente creativa y aquí nos lo entregó el destino global. ¿Cómo podemos montarnos en esta ola de inundación? Bueno, nos sumergimos digitalmente. Sin tocar música juntos. Como era casi universal para los músicos, la realidad era la pantalla que lo abarcaba todo, vívidas imágenes cibernéticas que cantaban y tocaban la batería y la guitarra”.
Rob Waller y Paul Lacques siguieron un horario de composición inusualmente cerrado, todos los viernes haciendo Facetime a las 4 p.m., todo un desafío (no se puede tocar la guitarra al mismo tiempo), pero también un oasis en el caos. Pura alegría extraña. Crearon las canciones de su álbum, con grandes contribuciones de la baterista Victoria Jacobs.
“Los comentarios sociales y ecológicos siempre han marcado nuestras letras”, cuentan. “Este período de auténticas crisis mundiales y estadounidenses ha hecho que pontificar sea particularmente peligroso y delicado. ¿Cómo expresa sus puntos de vista sin explotar el sufrimiento genuino? Fuimos históricos y oblicuos, con canciones sobre Geronimo, Muhammad Ali, el dilema faulkneriano, en un lenguaje a veces más abstracto y reflector que la narración. (Damos algunas caminatas, pero también hay clásicos de dos tiempos de los Hawks y de country rockers sobre los wiccans de Marin, los mercados de Londres y las [incertidumbres] del amor y los corazones rotos)”.
Luego comenzó el tiempo de estudio, ProTools con ensayo y error y, según afirman, errores en abundancia. Y dicen: “¿Por qué no se alinean estas pistas? ¿Podemos usar una grabación de iPhone? Rob envía una voz y una guitarra. Paul y Victoria crean una batería, Paul Marshall pone el bajo y la voz. Recortamos. Está bien, suena a música. Tuvimos hermosas colaboraciones con invitados de nuestros compadres Danny McGough, Brantley Kearns, Dave Zirbel, Richie Lawrence, Rich Dembowski y Woody Aplanalp (Old Californio), Joe Berardi, Marcus Watkins y Marc Doten (Double Naught Spy Car), y James Combs y Ed. Barguiarena (Gran Sauce)”.
Siempre hay luces plateadas. Uno de las más grandes para ellos fue darse cuenta de que necesitaban la música mucho más de lo que ella les necesitaba a ellos. “Cantar y tocar, incluso metido en una grabación de ordenador, era un salvavidas. Y parece que nos ha llevado a la orilla: algunos Hawks de vibraciones clásicas y algunas nuevas direcciones sónicas nacidas de las limitaciones y posibilidades del universo exclusivo de estudio. Un salto hacia la modernidad”.
I See Hawks In L.A. es la banda líder de country alternativo, Americana y folk rock del sur de California. Conocidos por sus composiciones líricas sobre la tierra y la ecosfera, las odas a la carretera sin fin y los comentarios sociales irónicos, han reunido una tribu leal y global a través de muchas giras por Estados Unidos y Europa y Reino Unido, han recibido críticas constantemente favorables de los críticos y una presencia seria en el top 10 del Freeform American Roots, las revistas Americana y Euro Americana. Así son I See Hawks In L.A., muy recomendables.
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