Pocos músicos pueden vanagloriarse de tener una carrera tan solvente y firme como el cantautor residente en Seattle, Washington, Rocky Votolato. Nacido en la zona rural de Texas en 1977, Votolato creció inmerso en la escena indie del noroeste de Estados Unidos, entre las Montañas Rocosas y el océano Pacífico y a caballo entre los estados de Washington, Oregón y la provincia canadiense de la Columbia Británica. Allí fue, desde 1996 hasta 2005, donde lideró una aclamada banda de indie rock llamada Waxwing y donde al mismo tiempo ha ido desarrollando su interesante trayectoria en solitario.
En 1999, Votolato publicó el primer disco con su nombre casi coincidiendo con el debut discográfico del cuarteto que él comandaba. Esta doble vertiente ha sido siempre su forma de canalizar su visión (sus visiones, más bien) esencial (es) acerca de la vida. Letras introspectivas escritas sin pretensiones, pensamientos muy humanos que en ocasiones se vuelven lapidarios, como rasgados de forma anónima sobre una pared, como si fueran un último pensamiento, un último grito, el último llamamiento. Canciones sencillas que brotan entre el alma de un eterno trovador y el espíritu de un huidizo punk rocker. Canciones interpretadas con intensidad por una voz ligeramente áspera, muy persuasiva y sugerente.
El nuevo disco de Rocky Votolato, “Hospital Handshakes”, es una sorprendente explosión de positiva energía que examina detenidamente temas como la superación de la depresión, la curación de un trauma, el anhelo espiritual o el deseo de encontrar el verdadero sentido de la vida. Posiblemente este trabajo marque un punto de inflexión en la carrera de Votolato y sea el resultado de una ardua transición que comenzó justo después del lanzamiento de su anterior trabajo “Television Of Saints” en 2012, cuando el cantautor incluso se planteó abandonar la música. Tras una larga gira para promocionar ese álbum, el músico se dio cuenta de que llevaba más de un año sin escribir ni una sola canción nueva, así que decidió tomarse un período, sin límite, alejado de la carretera. Finalmente, en el verano de 2014, se abrieron de nuevo las puertas de la inspiración y Votolato reafirmó su pasión por la música y de nuevo vio clara la finalidad de su trabajo.
Con la colaboración de un viejo amigo, Chris Walla, guitarrista y productor de Dead Cab For Cutie, que también atravesaba su propia transición, Votolato entró en el estudio para grabar un nuevo álbum. En él han participado grandes músicos de Seattle, incluyendo a su hermano Cody Votolato en la guitarra eléctrica, el bajista de The Long Winters, Eric Corson, el batería Andy Lum, de Craft Spells y My Goodness, y el multiinstrumentista colaborador de Sufjan Stevens, Casey Foubert. El resultado final nos ofrece a un Rocky Votolato diferente, más apasionado y ferviente que nunca, cuya voz resuena honesta y profunda mientras muestra el camino hacia la luz y la autorrealización. Sigámosle.
Is this an exercise, or an exorcism
Firework pilots fly towards the explosion
In the sky the bright colored lights
Suffering the horizon of my mind
I'm a patient with no patience
Hospital Handshakes
We must each be broken
If we're ever to be made new again
The current of this currency
is painting me golden
You're a ghost in the sun
A massacre on the winter
A silent sea deafening defeat
Drowning the minor 2nd
Until there's no line between the truth
and the lies we're all hiding behind
If it's a choice what will we decide
When we choose sides
Between the darkness and the light
We must each be broken
If we're ever to be made new again
The current of this currency
is painting me golden
She held my hands and walked me back
from the ledge where I was standing
My Father sent me to my Mother
to be punished no longer
I'm gonna heal up now from this Trauma
I'll close the window and shorten the shadows
We must each be broken
If we're ever to be made new again
The current of this currency
is painting me gold.
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