En el dormitorio de su casa en Agoura Hills, una pequeña localidad de poco más de veinte mil habitantes situada al noroeste de Los Ángeles, en California, un tipo llamado Jake Hays prepara desde hace años sus canciones de oscuro indie rock con reminiscencias ochenteras. Podía haberse quedado allí encerrado, acompañado por sus maquetas y encerrado en su mundo interior, pero afortunadamente decidió buscar otros individuos como él para dar vida a su música. Ahora se hacen llamar Maudlin Strangers y suenan estupendamente.
Lo suyo, lo de Maudlin Strangers, es una especie de electro pop con raíces en los años ochenta. Un sonido heredado de bandas como Spandau Ballet, The Human League o incluso Depeche Mode. De todos ellos toma algo, un matiz. Un poco de pop bailable, una chispa de electrónica muy asequible y efectista y, en general, un telón oscuro, en la línea de los Depeche Mode, pero sin esa carga densa y opresora que habitualmente tenían los británicos. En la música de Maudlin Strangers hay un punto oscuro, pero éste no inunda su propuesta, sino que aparece al fondo, de manera turbadora y enigmática. Incita, igual que atrae el peligro, el riesgo, el abismo. Para colmo, sus canciones tienen buenas melodías, contundentes estribillos y meditados arreglos. Lo exacto.
A principios de este año, Maudlin Stranger publicó su primer Ep, “Overdose”, en el que está incluida la canción “Gingerale”. El disco despertó una gran expectación y más después de que, en los conciertos del grupo, se empezó a colocar el cartel de completo sala tras sala. Primero en una exitosa gira por todo el país junto a Bad Suns y luego en unos abarrotados clubs de toda la Costa Oeste. Actualmente, Maudlin Strangers está realizando una gira por Estados Unidos acompañando por Cold War Kids.
El protagonista de este efecto explosivo, Jake Hays, ha contado que el proceso de creación fue largo y complejo y que durante el mismo él estuvo absolutamente inmerso, creando y desarrollando las canciones que guardaba amontonadas en cintas según iba progresando cada tema. En esa fase creativa, Hays acuñó un término para definir su sonido: dark disco. Pero no conviene dejarse engañar por esa etiqueta, la música de Maudlin Strangers tiene algo de himno coral, de pop pegadizo y de hit radiofónico.
Para el videoclip de “Gingerale”, Maudlin Strange han contado con la productora Tribe. Es curioso el clip, porque aunque es realmente simple y casi anodino, tiene algo de inquietante, de misterioso. Buena labor del director de fotografía Álvaro Navarro, quien logra un ambiente especial en el que, aparentemente, no pasa nada. O sí. Los tonos claro-oscuros de la canción ayudan también a crear ese clima desazonador.
She´s an uptown shop ´cause...
a pretty penny won´t even get you a lot.
Buy her dinner to hear what´s hot and what´s not for
endless lessons on how to wathch her talk.
She captivates me... but I know that
there´s nothing that waits me
buried underneath.
Underneath.
I better wait
Lie here awake
Out of your way
and try to get over you.
Would but you won´t
Always on your own
Eyes on your phone
Sipping your Gingerale.
Sipping your Gingerale.
She´s an overgrown wall
she looks full and pretty
but it´s so cold underneath.
Burnin´ plastic
and f****g every last guy
she meets.
Girl was born into golden company.
I wanna lick your face
and see if it tastes like stone.
Well, I wanna know...
What´s clouding up your mind?
I better wait
Lie here awake
Out of your way
and try to get over you.
Would but you won´t
Always on your own
Eyes on your phone
Sipping your Gingerale.
Sipping your Gingerale.
I better wait
Lie here awake
Out of your way
and try to get over you.
Would but you won´t
Always on your own
Eyes on your phone
Sipping your Gingerale.
Sipping your Gingerale.
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5