El Vals opus 64 número 1 en re bemol mayor fue compuesta por Frederic Chopin en 1847 como el primero de sus Trois Valses. Mucha gente cree que su nombre se debe a que su interpretación se ejecuta en un minuto, pero en realidad, el apelativo del minuto se debe a un equívoco provocado por una mala traducción de la palabra minute, cuyo significado en francés no quiere decir minuto sino diminuto.
Herbert Weinstock nos explica en Men of Music: Their Lives, Times and Achievements porqué el Vals del Minuto también se le conoce como el Vals del Perro –mejor dicho, del cachorro-, con estas palabras,…No es necesario decir que esta notable efusión de encanto puro no debe interpretarse en un minuto; ni tampoco que la melodía de la mano derecha no debe tocarse a imitación de un perro que persigue su propio rabo, aunque sea cierto que Chopin lo improvisara al indicarle George Sand la gracia rítmica de un perrillo jugueteando para morderse el rabo.
Nunca ha podido demostrarse que Sand sugiriera a Chopin que compusiera algo sobre un perrito en la casa que aquella poseía en Nohant, pero es una historia curiosa que se asocia recurrentemente con esta pieza. Os proponemos que oigáis esta encantadora composición interpretada para la ocasión, en algo más de dos minutos, por el pianista danés Mogens Dalsgaard.