El caso de Steely Dan es para estudiar y analizar por aquellos que entienden de los humanos y de sus sorprendentes comportamientos. Es extraño que casi nadie se acuerde de un grupo como éste, que ya en su época, allá por los setenta, se atrevía a mezclar en su música, y sin pestañear, rhythm and blues, pop, jazz, funk y rock. Y encima con personalidad y con mucha clase. Pero, y esto también es muy curioso, cuando hablas con músicos, de los que tocan y que han escuchado muchos discos, cuando mencionas su nombre, Steely Dan, todos se quedan fascinados y declaran su pasión por esta banda. Raro, raro, raro.
Formada en Nueva York en 1972 de la mano de dos tipos, el teclista, cantante y saxofonista Donald Fagen y el bajista, guitarrista y cantante Walter Becker, siempre estuvo en una onda muy distinta a lo que marcaban las modas. Unos auténticos antihéroes, con poca imagen y un nivel quizás demasiado elevado para llegar al gran público. Sus complejas estructuras jazzísticas, sus letras irónicas y sarcásticas, su sonido algo frío y el aspecto demasiado mundano de sus componentes, no ayudaba mucho a que los medios se fijasen en ellos como la gran banda que eran, por lo que resultaba muy difícil enganchar con las masas. A pesar de todo, sus discos se vendían bastante bien. Eran otras épocas, claro.
El núcleo central de Steely Dan, formado por Fagen y Walter, impuso siempre su criterio basado en perfeccionistas grabaciones de estudio, muy elaboradas y trabajadas, y en composiciones que siempre tenían una fuga hacia el camino más inesperado, hacia la innovación, la prueba, el riesgo. Además contaron con un puñado de grandes músicos, como los baterías Jeff Porcaro y Jim Hodder, el teclista y cantante Michael McDonald o el guitarrista Jeff Baxter. Fagen y Walter, además de componer, arreglar, escribir, tocar y cantar, eran dos magníficos productores y dos músicos a los que les encantaba el trabajo en el estudio de grabación. Grandes.
La canción “Do It Again” fue compuesta por el dúo y editada como sencillo de su álbum de debut, el impresionante “Can´t Buy A Thrill”. Dos versiones distintas, la del Lp y la del single para demostrar, desde el principio, que ellos eran “diferentes”. La canción entró en la lista de la revista Billboard en noviembre de ese año y llegó al puesto número 6. Relata la historia de un tipo que es muy dado a la vida nocturna y sus encantos, incluyendo, por supuesto, sexo y juego. El narrador cuenta la adicción de este individuo, que se llama Jack, y sus consecuencias, pero explica que una y otra vez recae y vuelve a hacerlo de nuevo. Lo que es estar enganchado, vamos.
Recordemos, por el bien de la humanidad, a Steely Dan. Y que no se nos vuelva a olvidar. Nunca.
In the mornin' you go gunnin' for the man who stole your water
And you fire 'til he is done in but they catch you at the border
And the mourners are all singin' as they drag you by your feet
But the hangman isn't hangin' and they put you on the street, yeah
You go back, Jack, do it again, wheel turinin' 'round and 'round
You go back, Jack, do it again
When you know she's no high climber then you find your only friend
In a room with your two timer, and you're sure you're near the end
Then you love a little wild one, and she brings you only sorrow
All the time you know she's smilin'; you'll be on your knees tomorrow, yeah
You go back, Jack, do it again, wheel turinin' 'round and 'round
You go back, Jack, do it again
Now you swear and kick and beg us that you're not a gambling man;
Then you find you're back in Vegas with a handle in your hand
Your black cards can make you money so you hide them when you're able
In the land of milk and honey you must put them on the table, yeah
You go back, Jack, do it again, wheel turinin' 'round and 'round
You go back, Jack, do it again.
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