Lo suyo es el pop etéreo sustentado en el espacio infinito con notas ingrávidas y melodías sin horizonte. Lo suyo, lo de esta banda canadiense llamada Dizzy, es el dream pop sutil y armónico, amplio, celestial. Dizzi acaba de anunciar su disco de debut, “Baby Teeth”, que se publicará el 17 de agosto a través de Communion Music y Royal Mountain Records.
Esta banda procede de Oshawa, una ciudad localizada en la provincia canadiense de Ontario, a orillas precisamente del Lago Ontario, y a unos sesenta kilómetros de Toronto. Está compuesta por tres hermanos, los Spencer: Alex, que es el guitarrista, Mackenzie, que se encarga del bajo, y Charlie que aporrea la batería. Junto a ellos está Katie Munshaw, una amiga de la infancia y que, con una voz delicada y cristalina, ocupa el puesto de cantante.
Para la grabación del disco, el cuarteto ha trabajado junto al productor nominado a un Grammy Damian Taylor, cuyo nombre también aparece en discos de la islandesa Bjork o las bandas canadienses Braids y Arcade Fire. Katie, además de ser la cantante de Dizzy, es la letrista de las canciones que componen este disco. Precisamente ella ha descrito este primer single de avance, “Joshua”, como “una despedida a alguien que se fue de mi vida inesperadamente”.
Dicen que en los suburbios la vida transcurre muy despacio, que la rutina lleva las riendas y el chismorreo se adueña de la prensa local. Dizzy es una banda que precisamente hace música para combatir esa ansiedad que provoca el aburrimiento de residir en un ámbito reducido. Tal y como han hecho gran parte de los millennials de pequeñas localidades, los integrantes de este cuarteto fueron a fiestas en los sótanos de las casas de sus compañeros de instituto, se enamoraron, se sintieron inseguros y vivieron las mismas experiencias que otros tantos de millares de jóvenes. Pero, a diferencia de muchos de sus compañeros de residencia y generación, los componentes de Dizzy se libraron de la machacona rutina creando historias y canciones. Bonitas canciones.
Munshaw es una letrista hábil y admirable que creció inspirada por música que va desde lo alternativo, como Alvvays o Bright Eyes, a la manera de relatar del country pop de artistas como Taylor Swift o las Dixie Chicks). Ella, Katie, explica el nuevo disco “Baby Teeth”: “habla sobre todo de mis últimos años de adolescencia y momentos más recientes. Hacer música es una consecuencia natural de mi personalidad extremadamente sensible. Cuando estás cerca de tanta gente, estás destinada a conocer a personajes que te impactan lo suficiente como para hacer canciones sobre ellos. Oshawa me enseñó la amistad, me rompió el corazón, me mostró toda clase de cambios, mientras que estaba aburrida en casa y escribía sobre ello.”
Para los hermanos Spencer, hacer música fue algo inevitable, gracias a unos padres que pusieron instrumentos en sus manos desde que eran muy pequeños. “Siempre nos animaron a aprender de la manera que nosotros queríamos, ya fuera dando clase o simplemente aprendiendo las canciones que nos gustaban por nuestra cuenta,” recuerda Charlie. Esa modorra aplastante que provoca el aburrimiento suburbano fue otra de las motivaciones, y en cuanto encontraron un alma gemela en Munshaw, se pusieron manos a la obra.
En “Baby Teeth”, Munshaw aplica la lección que aprendió en su adolescencia, y es que “a veces o único que puedes hacer es tumbarte, respirar, y flotar un poco”, afirma la cantante y compositor. “Baby Teeth” es un gran debut que nos presenta a una de las más excitantes bandas canadienses del momento: Dizzy.
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