De las nueve partes en las que se divide una Misa de Difuntos, el Dies Irae se sitúa la quinta de ellas, como la Sequentia entre el Tracto y el Offertorium. A excepción de Gabriel Fauré, que hace de él una breve referencia en el Sanctus, el Dies Irae está presente en casi todos los Réquiems conocidos, que son más de cien. Su Réquiem lo compuso Verdi en 1874, inmediatamente tras el éxito de Aida.
El Dies Irae o Día de la Ira se considera el mejor himno escrito en latín medieval y su autoría comúnmente se atribuye al biógrafo y amigo de San Francisco de Asís, Tomás de Celano, que vivió en la primera mitad del siglo XIII. Sin embargo, el contenido del poema, el Juicio Final presente en la mente de los cristianos como una amenaza que tarde o temprano llegará, se encuentra en numerosas manifestaciones iconográficas medievales, desde los capiteles de la arquitectura románica y las vidrieras góticas, y venía de una larga tradición literaria que comenzaba en San Agustín. El poema habla de La Sibila como testigo del Juicio que comenzará con la última trompeta llamando a vivos y muertos, y de David, como símbolo de la legitimidad y el poder de Cristo para juzgar en su segunda venida, donde los elegidos se salvarán y los condenados arrojados a las llamas durante toda la eternidad. Truculento, ¿verdad?, pues este himno se utilizó hasta hace relativamente poco tiempo en la Misa de Difuntos romana cuando en 1970 se suprimió tras la revisión del Misal Romano.
En mi opinión, si bien el Réquiem por excelencia es el de Mozart, el de Verdi no tiene nada que envidiarle y, aunque aquél sea más conocido y su Dies Irae sublime, este, repito en mi opinión, lo supera. Escuchamos algo acongojados y absolutamente admirados el Dies Irae del Requiem de Verdi interpretado por la Orquesta Filarmónica de Berlín dirigida por Claudio Abbado.
Dies iræ, dies illa,
Solvet sæclum in favilla,
Teste David cum Sibylla !
Quantus tremor est futurus,
quando judex est venturus,
cuncta stricte discussurus !
Tuba mirum spargens sonum
per sepulcra regionum,
coget omnes ante thronum.