Giuseppe Verdi
Classical

“Di Provenza il mar, il suol”. Giuseppe Verdi

Di Provenza il mar, il suol, un nuevo intento de Giorgio Germont por separar a Alfredo de Violetta.

Cuando La Traviata de Giuseppe Verdi se estrenó en el teatro de la Fenice en 1853 obtuvo un rotundo fracaso. Entre los motivos que se mencionan para comprenderlo está la falta de estímulo de Felice Varesi, el barítono encargado de representar el papel de Giorgio Germont, el padre de Alfredo. Varesi venía de representar papeles protagonistas como Rigoletto y Macbeth, y el papel de Germont además de secundario, era el incómodo, molesto, desagradable e interesado padre que se interpone en el amor entre Violetta y Alfredo.

Con el propósito de que la historia de amor entre Violetta y Alfredo no malogre la buena reputación de la familia Germont –y de paso, el futuro compromiso de su hija-, Giorgio tiene un plan, que ejecuta en dos partes. La primera, convencer a Violetta para que abandone la relación con Alfredo recordándole la vida licenciosa que había llevado. El aria Di Provenza il mar, il suol –en la octava escena del segundo acto- forma la segunda parte del plan para lograr que su hijo regrese con él a casa, porque se siente triste y solo desde el día que Alfredo se marchó de la casa familiar. Dicen los expertos que en este momento, el rol antipático muta para darle humanidad a un padre que estaría contento si el rencuentro con su hijo sirviese para traer paz a la familia.

Personalmente, la excelente interpretación del rol del padre interpretado por el septuagenario barítono Renato Bruson me parece memorable. Pero el personaje me sigue pareciendo antipático. Muy antipático contando con el trágico final de Violetta.

Germont
Mio figlio!
Oh, quanto soffri!
tergi, ah, tergi il pianto
Ritorna di tuo padre orgoglio e vanto
(Alfredo disperato, siede presso il
tavolino col volto tra le mani.)
Di Provenza il mar, il suol -
chi dal cor ti cancello?
Al natio fulgente sol -
qual destino ti furò?
Oh, rammenta pur nel duol -
ch’ivi gioia a te brillò;
E che pace colà sol -
su te splendere ancor può.
Dio mi guidò!
Ah! il tuo vecchio genitor -
tu non sai quanto soffrì
Te lontano,
di squallor il suo tetto si coprì
Ma se alfin ti trovo ancor, -
se in me speme non fallì,
Se la voce dell’onor -
in te appien non ammuti,
Dio m’esaudì!

Germont
¡Hijo mío!
¡Oh, cuanto sufres!,
seca tus lágrimas.
Que vuelva a ti el orgullo y el valor.
(Alfredo desesperado se sienta con
la cara entre las manos.)
¿Quién borra de tu corazón
el mar y el suelo de Provenza?
¿Quién de tu corazón borra el recuerdo?
¿Qué destino te ha sustraído del
ardiente sol natal?
En el dolor mismo, vive todo
aquello que te hizo feliz.
y solamente allí, tu encontrarás la paz.
Dios me guía. ¡Ah!. Tú ignoras
cuanto ha sufrido tu viejo padre
Cuanto ha sufrido tu viejo padre.
Desde que te fuiste, su casa
se hundió con la pena y un velo
de tristeza recubrió su techo.
Pero si al fin te vuelvo a encontrar
si siempre tuve esperanza,
si la voz del honor todavía te habla,
¡Dios me lo ha otorgado!

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