No es fácil mantenerse arriba cuando llegas a la cima. El grupo de Nashville, Tennessee, Kings Of Leon lleva mucho tiempo en la cumbre. De hecho, desde la publicación en septiembre de 2013 de su anterior disco, “Mechanical Bull”, la banda de los tres hermanos y un primo, los Followill, no han dejado de tocar por todo el mundo, actuando en grandes escenarios como figuras del cartel, por ejemplo en el Lollapalooza celebrado en Chile el pasado año, el Firefly Music Festival de Dover, Delaware, o el Lollapalooza de Berlín, ambos en este mismo año, y haciendo promoción de un disco que incluso obtuvo una nominación a los Grammy como Mejor Álbum de Rock. Desde que arrancaron su carrera en el año 2000 no han parado de crecer, de ascender. ¿Serán capaces de mantener esa posición? ¿Querrán? ¿Se lo permitirán?
Como es habitual, en cuanto una banda como Kings Of Leon alcanza un nivel tan alto, saldrán cientos de críticos clamando por la pérdida de imaginación, de frescura, de fuerza, de originalidad, de sus raíces, de su alma misma. Al tiempo, otros tantos se dedicarán a repetir los elogiosos mensajes de la industria, desde su compañía discográfica (RCA) hasta las grandes cadenas audiovisuales que viven de las grandes estrellas. En estos casos unos disparan a matar, que es fácil y siempre queda bien, y otros intentan que la rueda siga girando, que la inercia haga su trabajo y además es rentable. Mientras tanto la banda, la música y el disco serán lo de menos.
Kings Of Leon son lo que son, tres hermanos criados en la América rural que se pasaron la infancia escuchando canciones de rock de toda la vida en la radio del coche de su padre, un predicador de la Iglesia Pentecostal Unida, que viajaba de pueblo en pueblo para llevar sus mensaje divino. Luego dos de ellos, Nathan, el batería, y Caleb, el cantante y guitarrista, decidieron que también querían hacer música y liaron al más joven, Jared, para que tocara el bajo, y a su primo Matthew para que se uniera a ellos como guitarra solista. Con una fórmula de rock sureño con influencias de rock se lanzaron a la aventura y algo tendrían porque nada más empezar varias compañías discográficas se interesaron por ellos. Al final fue RCA, una histórica, la que se hizo con sus servicios. En el verano de 2003 salía al mercado su primer álbum, “Youth & Young Manhood”, el primer paso de una carrera en la que han vendido millones de discos, han obtenido muchos premios, varios BRIT y 7 nominaciones a los Grammy, de las que han ganado tres, encabezar las listas de éxitos de varios países y una trayectoria que les ha llevado a donde están ahora, en la cumbre.
“WALLS” es su nuevo disco, el séptimo álbum de estudio de su discografía. Su título son las iniciales de “We Are Like Love Songs” y se grabó en Los Ángeles con la producción de Markus Dravs, el mismo personaje que ha facturado álbumes tan alabados por la crítica como el debut de Mumford And Sons, “Viva La Vida” y “Mylo Xyloto” de Coldplay, “How Big, How Blue, How Beautiful” de Florence And The Machine” y “The Suburbs” de Arcade Fire, con el que obtuvo en 2011 el Grammy en la categoría de Álbum Del Año. O sea, un valor añadido y seguro.
El nuevo disco probablemente carezca del factor sorpresa que tuvieron los primeros álbumes de Kings Of Leon o no tenga alguna canción tan rompedora como “Use Somebody” o… Puede, pero también tiene las virtudes que siempre han hecho de esta banda una de las grandes formaciones de los últimos años, hay momentos muy inspirados, fuertes y rotundos y también delicados, como el tema que cierra el LP, “Walls”, y en el que la voz algo rota de Caleb se rasga por la emoción. “Un hombre no es un hombre a menos que haya participado en la batalla” canta con una, tal vez, simplista y arcaica visión de la masculinidad, pero es una canción de amor perdido y ahí tiene su lógica. “Rompiste mi corazón y lo tiraste a la basura, chica del oeste con ojos orientales. Tomaste un giro equivocado y encontraste que te esperaba una sorpresa. Ahora no hay nada en el camino. En el camino.” Suena bonito.
Lo más recomendable sería escuchar el disco con atención, varias veces, empaparse con él y luego sacar conclusiones. Eso lo harán unos cuantos. Otros preferirán disparar sus dardos primero y luego, si eso, ya se pondrán el disco. O no.
Can get there on my own
You can leave me here alone
I'm just tryin' to do what's right
Oh, a man ain't a man unless he's fought the fight
I could never point you out
Waste of space in a faceless crowd
Tell me what I have to say
If you know what's right then you'll walk away
When the walls come down
When the walls come down
When the walls come down
When the walls come down
One by one I'm seein' them fall
Some just don't show up at all
I'm just here to fight the fire
Oh, a man ain't a man unless he has desire
And the walls come down
And the walls come down
When the walls come down
When the walls come down
You tore out my heart
You threw it away
A Western girl with Eastern eyes
Took a wrong turn and found surprise awaits
Now there's nothing in the way
In the way
In the way
In the way
When the walls come down
When the walls come down
When the walls come down
When the walls come down
You tore out my heart
You threw it away
Western girl with Eastern eyes
Took a wrong turn and found surprise awaits
Now there's nothing in the way
In the way
In the way
In the way.
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