Classical

Danse du Calumet de la Paix. Jean Philippe Rameau

Narra la historia de un francés, un español y Adario por el amor de la india Zuma.

En el siglo XVIII se gestó en Francia un nuevo género lírico que, heredero del ballet cortesano, fue gradualmente adaptándose a los tiempos. Lo llamaron ballet á entrées y hoy lo conocemos como óperas-ballet pues, además de ser un gran espectáculo compuesto por grandiosos decorados, extraordinarios vestidos y espectaculares efectos especiales, incorporaban un importante número de danzas o divertissements coreográficos que claramente la diferenciaban de la tragédie lyrique.

Aunque Jean Philippe Rameau fue un reconocido teórico del clave, organista, sabio y filósofo, durante gran parte de su vida fue ignorado como compositor. Es sólo a partir de sus 50 años cuando se dedicó completamente a la composición de óperas,  comenzando a ser muy conocido por el gran público. Les Indes galantes, es la más conocida ópera-ballet de Rameau y una de sus obras maestras. Con libreto de Louis Fuzelier, en sus cuatro actos se describen las aventuras amorosas de cuatro europeos en diferentes países exóticos, Turquía -Le Turc généreux-, Perú -Les Incas du Pérou-, Persia -Les Fleurs- y Norteamérica -Les Sauvages-.

Rameau había compuesto la melodía de la Danse du Calumet de la Paix en 1725 para el Teatro de Variedades, transformándola tres años después en una pieza para clave publicada en su Tercer Libro de clavecín. En 1735, volvió a transformarla para el acto IV de Les Indes Galantes, dando lugar a la genial Danse du Calumet de la Paix que hoy traemos. Que la disfruten.

Zima, Adario.
Forêts paisibles,
Jamais un vain désir ne trouble ici nos coeurs.
S'ils sont sensibles,
Fortune, ce n'est pas au prix de tes faveurs.
 
Coro de salvajes.
Forêts paisibles,
Jamais un vain désir ne trouble ici nos coeurs.
S'ils sont sensibles,
Fortune, ce n'est pas au prix de tes faveurs.
 
Zima, Adario.
Dans nos retraites,
Grandeur, ne viens jamais
Offrir tes faux attraits !
Ciel, tu les as faites
Pour l'innocence et pour la paix.
 
Coro de salvajes.
Dans nos retraites,
Grandeur, ne viens jamais
Offrir tes faux attraits !
Ciel, tu les as faites
Pour l'innocence et pour la paix.
 
Zima, Adario.
Jouissons dans nos asiles,
Jouissons des biens tranquilles!
Ah! peut-on être heureux,
Quand on forme d'autres voeux ?
 
Coro de salvajes.
Forêts paisibles,
Jamais un vain désir ne trouble ici nos coeurs.
S'ils sont sensibles,
Fortune, ce n'est pas au prix de tes faveurs.

Salir de la versión móvil