Verdi tenía esa manía. Se abre el telón y, ya sea con el famoso brindis de La Traviata o con el admirado Coro de los Esclavos de Nabucco, deja boquiabierto al más pintado con un auténtico alarde coral. Grandioso, extraordinario, sobresaliente. También así comienza el segundo acto de Il Trovatore, -Vedi! Le fosche notturne spoglie - ¡Mirad! La noche oscura se aparta-, este afamado Coro de Gitanos, también conocido como Coro del Yunque.
Il Trovatore de Giuseppe Verdi (1813 –1901) es una ópera en cuatro actos con libreto de Salvatore Cammarano, completado, tras múltiples peleas con Verdi y después de la muerte de aquél, por Leone Emmanuele Bardare. La obra está inspirada en el drama teatral El Trovador de Antonio García Gutiérrez. La ópera, se estrenó en el Teatro Apollo de Roma el 19 de enero de 1853. Por cierto, con un rotundo éxito.
La acción trascurre en España a principios del siglo XV y se desarrolla entre Vizcaya y Aragón en el marco de la revuelta de Jaime de Urgel contra Fernando de Antequera, como resultado del Compromiso de Caspe, al que se llegó después de la muerte sin descendientes de Martín el Humano.
Uno de los elementos más interesantes de esta ópera es que con ella se vuelve a la tradición medieval, a las historias caballerescas, a los relatos de capa y espada. Pero con la trascendental diferencia de que el protagonista no es un caballero, sino Manrico, oficial del ejército del conde de Urgel y supuesto hijo de la gitana Azucena. Así que imagínense el espanto de la dama Leonora cuando, justo antes de la boda con su querido Manrico, se entera de que es hijo de una gitana. A pesar de todo, lo ama y toma la decisión, apresado su amado por el Conde de Luna, su otro pretendiente y enemigo de Manrico, beber el veneno que la libre de tan odioso noble. En definitiva, un auténtico dramón donde los personajes aman y odian desmesuradamente, sin control alguno.
El otro factor interesante del argumento es, sin duda, la personalidad de Azucena que disputa a Manrico el papel protagonista. Sus facultades están mermadas por la falta de sueño y la fatiga física, el miedo, el odio y el sufrimiento, torturada por el amor por su hijo y su irracional sed de venganza. Su perfil psicológico es obsesivo, pero, no hagas que Azucena se vuelva loca, le dijo Verdi a su libretista. - requiere de la mezzosoprano que la interprete un gran temperamento dramático. Perturbada, pero no loca. Debía aguantar hasta el final.
Zingari
Vedi!
Le fosche notturne spoglie
de’ cieli sveste
l’immensa volta;
sembra una vedova
che alfin si toglie
i bruni panni
ond’era involta.
All’opra! all’opra!
Dagli, martella.
(Danno di piglio ai loro ferri del
mestiere; al misurato tempestare dei
martelli cadenti sulle incudini, or
uomini, or donne, e tutti in un
tempo infine intonano la cantilena
seguente:)
Chi del gitano
i giorni abbella?
La zingarella!
Uomini
(alle donne)
Versami un tratto; lena e coraggio
il corpo e l’anima traggon dal bere.
(Le donne mescono ad essi in coppe)
Tutti
Oh guarda, guarda!
Del sole un raggio brilla più vivido
nel mio/tuo bicchiere!
All’opra, all’opra…
Dagli, martella…
Chi del gitano i giorni abbella?
La zingarella!
Gitanos
¡Ved!
Las sombras nocturnas se retiran,
de los cielos desnuda
queda la inmensa bóveda;
parece una viuda
que al fin se quita
los negros paños
con que se envolvía.
¡A trabajar! ¡A trabajar!
Golpea, dale al martillo.
(Cogen los martillos y golpean
mesuradamente los hierros
candentes mientras, ora los
hombres, ora las mujeres y, al fin,
todos juntos, entonan el siguiente
estribillo:)
¿Quién del gitano
los días embellece?
¡La gitanilla!
Hombres
(a las mujeres)
Fuego; fuerza y coraje
al cuerpo y al alma da el beber.
(Las mujeres les entregan copas)
Todos
Oh, mira; oh, mira, del sol un rayo.
brilla más vívido en mi/tu vaso
A trabajar, a trabajar…
Golpea, dale al martillo
¿Quién del gitano
los días embellece?
¡La gitanilla!