El Concierto para violonchelo en mi menor, Op. 85 de Edward Elgar es un concierto para violonchelo y orquesta escrito inmediatamente después de la Primera Guerra Mundial, en 1919. Ya sea porque el compositor y sus instrumentistas no habían gozado del tiempo suficiente para ensayar, ya sea porque la música de Elgar había pasado de moda tras la contienda, lo cierto es que, tras su primera representación, pasó prácticamente desapercibido hasta que el director Daniel Baremboim y la violonchelista británica Jacqueline du Pré, lo rescataran en los años 60 en una grabación antológica. Desde entonces se ha convertido en una pieza imprescindible del repertorio musical para cello y orquesta.
Jacqueline du Pré es posiblemente, a pesar de su muerte prematura a la edad de 42 años, la mejor violonchelista del siglo XX. Sé que un cellista debe ser un virtuoso, pero Jacqueline du Pré, además de serlo, trasmite una pasión en su interpretación que me hizo estremecer, emocionarme y llorar al comprender por primera vez qué es la música.