El Concierto nº 23 K 488 para piano y orquesta es uno de los más bellos escritos por Mozart. Fue uno de los tres conciertos por subscripción que ofreció en la primavera de 1786 y probablemente fue interpretado por el genial compositor en uno de ellos.
Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) escribió el Concierto nº 23 para piano solo y una orquesta compuesta por flauta, dos clarinetes, dos fagotes, dos trompas y cuerdas. En diálogo con las maderas, el piano es muy expresivo a veces romántico, sutil y triste. Algo que sólo Mozart sabía hacer, alcanzar una sensación de paz y plenitud sublimes en un adagio que es pura tristeza.
No creo que nadie sepa en qué estaría pensando Mozart en el momento de escribirlo, pero desde luego no fue en algo agradable. Un alma afligida donde el sentimiento de dolor se transfigura y llega a extremos de angustia y soledad. Auténtico dolor, auténtico Mozart, y por tanto, sublime.