El establecimiento de la música instrumental como género con la misma importancia que la vocal fue el resultado de un proceso que se inició en el siglo XVI y que culminó a principios del siglo XVIII, fecha en la que nació en Bolonia un nuevo género instrumental revolucionario.
Se trata del concierto para uno o dos solistas y orquesta de cuerda con bajo continuo, obras que se basaban en la alternancia entre solistas y el conjunto acompañante que tocaba un tema recurrente conocido como ritornello. Este género terminó por popularizarse por toda Europa e Inglaterra, muerto Purcell, no viviría ajena a esta realidad. El público inglés sentía verdadera admiración por los conciertos de Arcangello Corelli que con la publicación de su opus 5 había establecido la sonata barroca como el estándar que durante más de cincuenta años dominaría la música de cámara barroca europea. Y también aplaudían las obras de primeras figuras musicales italianas como Haendel, discípulo de Corelli y auténtico impulsor de la ópera italiana en Inglaterra, o Francesco Geminiani, también alumno de Corelli y también de Scarlatti y que había llegado a Londres con veintisiete años, casi al mismo tiempo que el maestro alemán.
Geminiani publicó numerosas sonatas y varias colecciones de conciertos. Fueron muy conocidos sus arreglos como Concerti Grossi de las sonatas opus 5 que su maestro Corelli había publicado en Roma en 1770, entre ellos, el que se basó en la sonata conocida como La Follía, basada en el célebre tema de la folía, enérgico tema con variaciones sobre el bajo de folía, uno de los temas musicales más antiguos y famosos de la europea del siglo XVII.