james clark
Pop

Company Hearse. The James Clark Institute

Para contradecir a aquellos que dicen que ya no hay canciones como las de antes, The James Clark Institute.

Entre los efímeros, que consideran que la vida útil de una canción es más o menos lo que tardan en borrarla del móvil, y los nostálgicos, aquellos que sólo escuchan canciones requetesabidas porque antes sí que había buenas canciones, la música es algo que discurre cada minuto y en cada rincón del planeta. Hay músicos extraordinarios ahora mismo en cualquier lugar, igual que los hubo hace un año, diez o cuarenta. Y ellos son los que a veces atinan y hacen canciones demoledoras.

Aquí tenemos a un tipo de Canadá, llamado James Clark que adora a tanto a John Lennon como a Elvis Costello, a Ray Davies de The Kinks como a Bob Dylan y a The Beatles. Lo mejorcito de cada casa. El canta, toca la guitarra y compone grandísimas canciones. De las de toda la vida.

Los primeros pasos de James en la música fueron como batería de varias bandas, entre ellas, desde 1998, una de garaje surf llamada The Sintones. En 2004, y con el nombre de The Clark Institute, publicó un mini Lp titulado “Home Is Where The Heart Attack Is”, con siete cortes en los que trataba temas como la prisión, el divorcio, las fotografías algo embarazosas (algo muy de moda actualmente), la egolatría, la confusión y la muerte. Un disco en el que ya apuntaba una manera de hacer música con el corazón en la mano y de canciones de pop bien elaborado y de rock muy trabado. Entre ellas un par de joyas: “House For Sale” y, sobre todo, “No One Like Me”.

Hubo que esperar cuatro años, un cambio de nombre, ahora ya sí por fin The James Clark Institute, una juego entre su nombre y el del Instituto Clark de Psiquiatría de su Toronto natal, y organizar una banda con la que poder actuar y salir de gira, para que entregara su segundo disco, su primer Lp, “Sideshow Unattraction”. Formidables canciones grabadas en un teatro y que circulan por un mundo esotérico, carnavalesco y de ilusión con el trasfondo de la melancolía, la amargura, el ingenio y el desamor. Y siempre con una pizca de mala leche, de corrosiva acidez, de sátira burlona ante los pesares de la vida.

Su última producción es un single con sólo dos canciones pero ¡qué canciones! En la cara A nos encontramos con “Company Hearse”, un tema con poso de The Beatles y The Byrds. Vibrante e intensa melodía para, una vez más, tirar de su punzante sentido del humor y hacer de esta “Compañía de Coches Fúnebres” una de esas canciones atemporales y de categoría superior. Simplemente Fan-tas-ti-ca.

 

They’re burning down the alder wood
Sweeping up my dream soot
Finding bits of never coulds and always wishes
The villains down on Fourteenth Street
Suffocating the concrete
And their faces look so complete among the ashes

I need someone to help me break this family curse
Before I’m fixed for the company hearse

The factory up on Jutland Road
Where we’d go to watch the dolls explode
Now houses a different load behind the bricks and mortar
The Colonel’s villa is up for lease
Upon the door hangs a sympathy wreath
From all the ones who had the sense to leave
And left this weight on my shoulders

I need someone to help me break this family curse
Before I’m fixed for the company hearse

I really thought it was going to be you
But you decided you cannot deny it
You’ve much better things to do ooh ooh ooh

I need someone to help me break this family curse
Before I’m fixed for the company hearse
I need someone to help me break this family curse
Before I’m fixed for the company hearse

It really can’t get any worse
Now I’m fixed for the company hearse.

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