Classical

La Troika de Tchaikovsky

Las Estaciones fue compuesta entre los que fueron dos de los títulos más emblemáticos del compositor ruso, su Concierto para piano nº 1 y El lago de los cisnes.

Desde el siglo XVII, la música europea se vio sometida a la influencia alemana durante los doscientos años siguientes. Con el Romanticismo y su interés por manifestar la subjetividad del artista, los compositores sintieron la necesidad de expresar con su música los rasgos nacionales y étnicos de su región de origen. Hasta cierto punto, el Nacionalismo musical rechazaba el dominio de los estilos internacionales especialmente, claro está, los de origen alemán. Quienes encabezaron el movimiento Nacionalista musical fueron los rusos, un pueblo que históricamente había oscilado entre la búsqueda en las raíces propias y el deseo de integración de sus artes en las corrientes progresistas de la cultura occidental. Desde mediados del XIX, en Rusia hubo quienes tenían un creciente interés por cultivar lo que ellos entendían como música específicamente autóctona, como el grupo conocido como los Cinco –Balakirev, Cui, Mussorgski, Borodin y Rimsky-Korsakov-. Pero también hubo una generación de compositores que se adaptaron conscientemente a la tradición y modelos del oeste. Uno de ellos fue Tchaikovsky.

Piotr Ilich Tchaikovsky escribió más de un centenar de piezas para piano de irresistible encanto, aunque hoy por hoy la mayoría se interpretan en raras ocasiones. En primer lugar, porque el compositor no se reconocía como un gran pianista, y por eso no le interesaba dar a conocer sus obras para piano, concebidas la mayor parte de las veces como entretenimiento privado. Por otro lado, a Tchaikovsky se le colgó el sambenito de occidentalista, frente a los defensores de la música autóctona rusa, lo que también supuso un hándicap a la difusión de su obra para piano. Entre las obras más conocidas para piano de Tchaikovsky se encuentra la serie de Las Estaciones Op. 37b, conocida también en ocasiones como Doce piezas de carácter, o Doce escenas características. Publicada originalmente bajo el título en francés de Les Saisons, la serie fue compuesta entre diciembre de 1875 y noviembre del año siguiente como una colección de pequeñas piezas que Nikolai Bernard, editor de una revista de San Petersburgo llamada Nouvellist, encargó al compositor a fin de ofrecer a sus lectores una estampa musical con cada entrega mensual, hasta completar en un año la docena.

Tchaikovsky aceptó el encargo, los títulos, subtítulos y el poema que encabeza cada pieza que le propuso el editor, lo que en cierto modo refleja que se tomó el trabajo como una forma de subsistencia. Sin embargo, aunque la colección no tienen en apariencia muchas pretensiones, el resultado fue brillante, pues el programa musical le dio al compositor ruso la oportunidad de dar rienda suelta a su vena intimista y lírica. Desde su publicación, Las Estaciones ha gozado de enorme popularidad, incluso se han realizado varias versiones para diversos instrumentos así como varias orquestaciones. Siguiendo el programa concebido por Nikolai Bernard, os sugerimos que escuchéis la entrega correspondiente al mes en curso, Noviembre, una pieza que busca reflejar la tristeza que deja el final del otoño al acercarse el invierno. Titulado Troika, el trineo tirado por tres caballos que avanzan en paralelo, uno de los principales símbolos de Rusia, su poema dice así:

No mirar con anhelo en el camino
Y no se apresure la Troika después
Y la preocupación angustiosa en el corazón
Un choque rápido siempre.

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