La historia cuenta que Handel compuso el oratorio El Mesías debido a la inspiración divina sobrevenida después de un largo período de escasez en su producción. Lo hizo con enorme rapidez, en los veintitrés días que van desde el 22 de agosto al 14 de septiembre de 1741. Dicen que cuando terminó el último coro, el famoso del ¡Aleluya!, dijo a su asistente: Creo que he visto el cielo delante de mí, y también a Dios. Sin embargo, su decisión de escribir El Mesías nada tiene que ver con su religiosidad.
Handel estaba enfermo y había fracasado con una ópera. Había cerrado el King's Teatre de Haymarket, escenario para el que había escrito tantas óperas desde la Royal Academy of Music. La ópera había dejado de estar de moda. Pero Handel -el que a los 19 años ya había escrito una Pasión, el viajero a Italia, el dominador del Londres lírico, el cosmopolita- seguía siendo Handel. Tenía oficio, y era capaz de convertir el oratorio en otra forma de ópera. Al fin y al cabo son lo mismo: historias musicalizadas interpretadas por cantantes, coros y orquesta. Además, el Oratorio tenía la ventaja de que podía ser representado durante la Cuaresma, momento litúrgico en el que los demás teatros estaban obligados a cerrar.
El libreto se lo encargó a Charles Jennens, profundo conocedor de la Biblia, que lo confeccionó mediante breves citas en inglés del Antiguo y el Nuevo Testamento. Por lo demás, la obra está presentada como si fuese una ópera: tres actos en los que se desarrollan una sucesión de arias, recitativos y coros, con textos abreviados resueltos con el mismo brillo, fluidez, tersura y eficacia dramática que la mejor de las mejores óperas de Handel. Por esto se dice que el Mesías no es una obra litúrgica para el templo, sino una obra de inspiración religiosa destinada a las salas de conciertos.
La primera parte tiene por tema el Adviento y la Navidad. Se anuncia la venida de Cristo, por lo que nos encontramos con algunos momentos de exaltación marcados de una gran intensidad expresiva, como este Rejoice greatly, O daughter of Zion.
El oratorio El Mesías HW 56 se estrenó el 13 de abril de 1742 en el New Music Hall Dublín, con éxito rotundo. En 1759, diecisiete años después del estreno de la obra y durante una de sus representaciones, Handel se desmayó y nunca se recobró. No puedo ver satisfecho sus dos últimos deseos: morir un Viernes Santo -falleció el 14 de abril de 1759, Sábado Santo-, y ser enterrado de forma privada -una comitiva de más de tres mil seguidores acompañó al féretro hasta su sepultura en la Abadía de Westminster.