Los grandes grupos surgen de la unión de grandes músicos. Cuando en 1972 coincidieron en la misma banda, junto a los hermanos José Antonio y Manolo Martín, Juan Robles Cánovas, batería y cantante de los Módulos, Rodrigo García, guitarra con los colombianos Los Speakers y con Los Pekenikes, Adolfo Rodríguez, vocalista y guitarra de Los Íberos, y José María Guzmán, reconocido bajista de estudio, todo apuntaba a que aquella formación haría algo grande. Y así fue, primero como Solera y luego como CRAG.
Los años 70 no eran buenos tiempos para las bandas de pop y menos para las que cantaban en español. Rodeados de grupos de jazz rock y rock progresivo, Solera tenía un personal sonido muy cercano a la Costa Oeste americana y a grupos como The Byrds, los Beatles del álbum “Rubber Soul”, Left Banque o Crosby, Stills, Nash & Young, con los que han sido comparados frecuentemente.
Su música se caracterizaba por unas armonías vocales muy cuidadas y de muy buen gusto, una base de folk y pop acústico realmente cálida y una excelente orquestación, obra del productor Rafael Trabucchelli, con el sello del llamado Sonido Torrelaguna, que era la calle de Madrid donde estaban los estudios de grabación del sello Hispavox.
El debut discográfico tuvo lugar el 9 de abril de 1973, se tituló como el grupo, “Solera”, y en él se encuentran algunas de las mejores piezas del pop español de todos los tiempos, como “Noche Tras Noche”, “Linda Prima” o esta nostálgica “Calles Del Viejo París”. A pesar de su calidad, el disco tuvo escaso éxito comercial lo que, unido a fuertes discrepancias musicales en el seno de la banda, provocó su disolución. Afortunadamente, las cuatro fantásticas voces de Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán aún brindaron algunos momentos musicales realmente inolvidables.
Recorriendo voy las calles del viejo parís
recordando que estuviste jun to a mí
esos días tan felices que no volverán
hoy se agolpan en mi mente y después se van.
una vida llena de ilusión que ya se fué,
unos besos que vivieron el ayer
la nostalgia de un tranquilo y
triste atardecer unas horas que nunca creí perder.
quiero que vuelvas a mí
donde quiera que tú estés,
quiero que vuelvas a mí para poder ser feliz.
no puedo estar más tiempo solo
sin tu amor.
recorriendo voy las calles del viejo
recordando que estuviste junto a mí
fué tan sólo una ilusión
que luego se extinguió,
sólo en ese tiempo encontré el amor.
una vida llena de ilusión
que ya se fué,unos besos que vivieron el ayer,
la nostalgia de un tranquilo y triste atardecer
unas horas que nunca creí perder.
quiero que vuelvas a mí
donde quiera que tú estés,
quiero que vuel vas a mí
para poder ser feliz.
no puedo estar más
tiem0 po solo sin tu amor.
recorriendo voy las calles del viejo parís
recordando que estuviste junto a mí,
esos días tan felices que no volverán