La Bagatelle número 25 en La menor, comúnmente conocida como Para Elisa, es una de las composiciones de Beethoven más populares, aunque no se publicó hasta cuarenta años después de la muerte del compositor alemán. Para Elisa es lo que se conoce en el argot musical como una bagatela, una composición corta y ágil para piano propia del periodo romántico. La pieza tiene forma de rondó con una melodía de apertura que reaparece varias veces durante la composición.
La historia cuenta que el origen de esta breve composición llamada Bagatelle nº 25 en La menor, ‘Para Elisa’ nace con la asistencia de Ludwig Van Beethoven a una fiesta infantil en la que jugueteaba una niña, Elisa, que se le acercó y tímidamente le confesó que ella también tocaba el piano. Elisa interpretó varias composiciones, pero ninguna de Beethoven, lo que inicialmente molestó al genio de Bonn. En cierto modo molesto, le pidió a Elisa que interpretase alguna de sus sonatas, a lo que ella contestó que, a pesar de gustarles mucho, no podía hacerlo porque eran demasiado difíciles para que las interpretase una niña. Emocionado, el compositor le prometió que escribiría una pieza para que ella la pudiese interpretar al piano. Así nació la obra Para Elisa, recuerdos del 27 de abril de 1808, una de las composiciones para piano más bellas e interpretadas de toda la historia de la música clásica.
Recientemente se ha demostrado que esta pieza pianística no la compuso Beethoven, o, al menos, no la compuso tal y como la conocemos, si no que fue el musicólogo alemán Ludwig Nohl quien, tras la muerte del músico, tomó sus apuntes y reelaboró la pieza. Además, la verdadera identidad de Elisa siempre fue un misterio. Durante mucho tiempo se afirmó que la niña no era tan niña, sino una joven pianista llamada Therese Malfatti, de la cual Beethoven se enamoró. Otros sugieren que era Elisabeth Röckel -hija pequeña del cantante Joseph Röckel, que habían interpretado a Florestan en la ópera Fidelio-, que mantuvo una estrecha amistad con Beethoven hasta que se casó con el compositor Johann Nepomuk Hummel.
En cualquier caso, hermosa la música y el trasfondo, con independencia de para quién fue escrita.