All My Love. Trudy.

Liverpool es una ciudad volcada hacia la nostalgia por la dorada década de los 60, aquellos viejos y gloriosos años de los Beatles y del Merseybeat. Es una buena estrategia para recibir millones de visitantes cada año, pero además también es una ciudad muy viva, en la que la música se respira por todas partes y en donde las nuevas generaciones encuentran un lugar para desafiar con su espíritu aventurero e innovador. Allí, precisamente, reside esta jovencísima banda llamada Trudy.

Oliver Taylor, guitarra y voces, Lewis Rollinson, bajista, y Brad Mullins, batería, provienen en realidad de Leeds, pero recientemente se han trasladado a Liverpool ya que Mullins acaba de ingresar en el LIPA (Liverpool Institute for Performance Arts), la escuela universitaria fundada en 1995 por Paul McCartney. Así pues son de aquí, de allí y de ningún sitio y su música es de ahora mismo, de ayer y, a poco que puedan, de mañana. Una fértil, ingenua y atrevida mezcla de las melodías y las voces del Doo Wop, de los grupos femeninos de los 60 y de The Beach Boys, de los arañazos guitarreros de The Stroke y de la desvergüenza libertaria musical de Jonathan Richman. ¿Se puede pedir más?

Todo empezó cuando Olly terminó con el corazón roto porque otro chico le había levantado su primer amor. Entonces cogió la guitarra y comenzó a componer sencillas melodías de pop. Canciones que hablaban de lo torpe que era relacionándose con las chicas y de lo mucho que lo lamentaba más tarde, cuando estaba solo. Y entonces se dio cuenta de que necesitaba una banda y poco después contacto con Lewis y Brad. Trudy estaba en marcha.

Con su pop basuriento, desaliñado y desacomplejado, Trudy publicó su primer sencillo en mayo de este año, “All My Love”, una brillantísima canción que llamó la atención de los medios independientes más subterráneos y avezados, esos que siempre andan buscando una chispa de genialidad. Y la prensa más convencional, como por ejemplo NME, tampoco perdió mucho el tiempo y pronto puso su mirada en ellos. Algo tendrá que ver en ese revuelo levantado que Trudy, en esa primera canción, ofrecía ya un incendio de primera, puro pop punk adolescente, caprichoso, enrabietado, descarado y sublime. El tema estaba producido por Tarek Musa (Spring King, Transgressive) y de él incluso grabaron un videoclip tan apabullantemente fresco, ingenuo y pícaro como la canción.

Y esto no es flor de un día porque de ese primer sencillo acaba de salir su continuidad, una pieza titulada “Behave”, en donde de nuevo muestran su inimitable estilo y esa manera de hacer las cosas como las hacen los niños, sin darle importancia, entre broma y muy en serio, y que a veces termina siendo una genialidad. Un fantástico desorden en el que todo ocupa su lugar. No se les puede dejar ni un centímetro, hay que estar encima de ellos.

Ponte al día, escucha a Trudy.

Honey you know there's time to waste,
and maybe you baby keep me here.
Sweet sweet heart don't go away,
all my love needs you to stay.

Oh baby I'm...

Shocked that I'm not kissing you,
and you're fine that we're so far away.

And it's cool,
to let our eyes fuck in this lonely room,
such a swine that we're both here today.

Honey go slow lets take a walk,
I got real drunk hoping we could talk.
Sweet sweet heart don't piss away,
all my love for you today.

Oh baby I'm...

Shocked that I'm not kissing you,
and you're fine that we're so far away.

And it's cool,
to let our eyes fuck in this lonely room,
such a swine that we're both here today.

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