Classical

Aleluya, El Mesias. George Frideric Handel

Es el más importante de los oratorios de Handel.

Hacia 1740 las óperas italianas compuestas por Handel, de las que había vivido durante mucho tiempo, ya no tenían la misma acogida entre el público, y su situación financiera comenzó a deteriorarse. Es entonces cuando decide ir abandonando las óperas para dedicarse a un género muy del gusto inglés, los oratorios.

George Frideric Handel había estudiado en Italia y tenía un estilo musical brillante y muy teatral, carácter que no sólo aplicó a sus óperas sino incluso a sus oratorios. En 1742, fue invitado a Dublín para dar una serie de conciertos sobre sus oratorios Saúl e Israel en Egipto, de marcada influencia italiana. Para prepararlos, en el verano del año anterior se dispuso a componer un nuevo oratorio que, con carácter benéfico y especial, cerrase el ciclo. Cuando El Mesias se estrenó en Dublín, todos los comentarios fueron elogiosos. Sin embargo, su estreno en el Covent Garden londinense al año siguiente no corrió con la misma suerte. La severa y rígida mentalidad protestante consideró poco apropiado que una obra de carácter religioso se representara en un teatro y escasamente respetuoso que utilizara voces como las de las cantantes de ópera Catherine Clive y Susana Ciber. A pesar de que la música de El Mesías rompía con la tradición italiana para arraigarse en las antiguas pasiones y cantatas luteranas alemanas.

Dividido en tres partes, El Mesias narra el nacimiento, pasión y muerte de Jesucristo. No es necesario apuntar que el libreto, tomado de la versión de la Biblia de 1539, tiene una clara inspiración religiosa. Pero el oratorio no es una obra de uso litúrgico y es lo suficientemente teatral como para ser representada mejor en un teatro que en una iglesia. Sin embargo, a Handel el estreno londinense le había costado la amistad –jamás recuperada- con su libretista Charles Jennens, por lo que, después de una revisión de la obra en 1749, se volvió a presentar al público. Eso sí, en una capilla y en Semana Santa. A partir de ese momento ha sido la obra más ejecutada del autor hasta nuestros días.

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