Classical

‪Vals de las flores, El Cascanueces. Piotr Ilich Tchaikovsky

Tchaikovsky está considerado como el más grande compositor de música de ballet del siglo XIX.

El Cascanueces, junto con La Bella Durmiente y El lago de los Cisnes, es el ballet más famoso de Tchaikovsky. Se estrenó́ el 6 diciembre de 1892 - es por ello que comienza la tradición de representar este ballet en Navidad- en el mítico teatro Mariinskii de San Petersburgo, bajo dirección de Riccardo Drigo, la coreografía original de Lev Ivanov y el libreto de Marius Petipa. La historia de este conmovedor y emocionante Opus 71 de Piotr Ilich Tchaikovsky se inspira en el célebre cuento de E.T.A. Hoffmann El cascanueces y el rey de los ratones, aunque el argumento que daría vida al ballet deriva de una adaptación que Alejandro Dumas padre hiciera del texto.

La historia que el ballet desarrolla en dos actos, tres cuadros y quince escenas tiene lugar en Alemania, en casa del respetable juez Stahlbaum, en Navidad. El matrimonio y sus hijos Clara, Luisa y Fritz  reciben la visita de sus familiares, entre ellos el viejo Drosselmayer, un solterón excéntrico y aficionado a la magia. Éste trae a Clara un regalo muy especial, un cascanueces de madera. Fascinada con su nuevo juguete, la niña se queda dormida abrazada a él. En mitad de la noche, Clara se despierta, los juguetes han cobrado vida y ella se encuentra acosada por un ejército de ratones. Se desencadena una batalla entre los ratones y los soldados, liderados por el Cascanueces. Después, la niña, el juguete y Drosselmayer emprenden la búsqueda del Rey de las ratas al País de las Nieves y otros lugares mágicos, donde vivirán extraordinarias aventuras. Finalmente, todo se desvanece y Clara despierta en su casa junto a su muñeco.

El Cascanueces es una mágica e inolvidable fábula que habla de la añoranza perpetua por la infancia perdida y del contraste entre la realidad del mundo de los adultos y el mundo onírico de los niños, un reino donde las cosas más maravillosas pueden ser vistas por quienes tienen ojos para verlas. Gracias a los colores orquestales innovadores, la extraordinaria imaginación que desbordan los personajes y las aventuras, la espléndida música de Tchaikovsky y un argumento en el que los espectadores vuelven a ser niños por unas horas, El Cascanueces se ha convertido en uno de los ballets más representados del mundo, siendo una cita obligatoria en las fechas que se aproximan.

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