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Diego Ortíz y Pepe Murciego. La más bella

La Más Bella es un proyecto de reflexión, acción y experimentación en el mundo de la edición de arte contemporáneo.

La Más Bella es un proyecto de reflexión, acción y experimentación en el mundo de la edición de arte contemporáneo, que impulsa y realiza los proyectos artísticos que tienen a bien sus fundadores, Pepe Murciego y Diego Ortíz, un par de madrileños que desde sus casas levantan grandes ideas para y por el mundo.

La clave y filosofía de trabajo de este tándem perfecto que son Murciego y Ortíz, está en dar con los canales alternativos, con esos caminos secundarios en los que poder dar a luz grandes libros, revistas, performances o trabajos varios.

Sin duda, el pilar principal de este curioso y exultante invento que es La Más Bella, es la Revista Experimental, un fanzine que llega edición tras edición en un soporte diferente, más loco y extravagante que el anterior, que se lleva publicando desde 1993. Reuniendo iluminadas ideas de creadores del panorama contemporáneo más innovador y creativo.

Más allá, también han generado grandes proyectos como la Bellamátic y sus álter ego BolaBellamátic y Bellamatamátic, todas ellas máquinas automáticas expendedoras de productos editoriales y artísticos que se pueden encontrar en muchos espacio de creación como el Matadero de Madrid.

Y por supuesto, además se dejan ver con bastante asiduidad en talleres, charlas, conferencias y presentaciones en los que dejan a todos los asistentes boquiabierto con su ironía y su creatividad.

Tenemos una opinión sobre el futuro del mundo editorial: nos da igual donde vaya. Allá donde se dirija seguro que se está muy bien. El papel es maravilloso, vivimos rodeados de su olor, y del polvo que se acumula sobre él. El papel es un elemento más, somos omnívoros y polisexuales en ese sentido.

En estos días están participando en Espacio Pool, una actividad organizada por alumnos de la Facultad de Bellas Artes de Madrid. Intentan siempre estar presentes, acudir a todos las iniciativas con las que se dan de bruces, realizadas por, como ellos dicen “insensatos que dejan su tiempo y sus esfuerzos en organizar eventos artísticos en momentos y lugares insospechados”, al menos por, de nuevo como ellos dicen “el mero placer de estar rodeados por otras personas igual de insensatas que nosotros

¿Por qué empezar algo desde cero? Cuando nos pusimos a hacer La Más Bella nosotros éramos lo más parecido a un cero. Éramos nada, tres estudiantes de la burbuja universitaria de principios de los 90, no teníamos nada en los bolsillos ni background alguno. ¿Referentes? Cualquier persona que ejecute su trabajo con tesón, sea el que sea, merece nuestro respeto. Valoramos tanto al editor que hace microfanzines para sus amigos, como a los editores que hacen maravillas transnacionales. Hay mil cosas en las que fijarse en la vida y disfrutar de ellas, todas ellas son nuestras referencias. Eso, y el chino de la esquina, siempre lleno de cositas que nos pueden venir bien para cualquier edición. Una canción Si hemos de elegir una, nos debatimos entre el rugiente sonido de las máquinas offset de la imprenta, que nos apasiona, o el traqueteo atorrante de la moto del mensajero que nos trae siempre alguna sorpresa del más allá.

Crearon la editorial porque les apetecía, le ponen ese nombre, La Más Bella, porque era bonito, nos dicen que ellos no tienen ningún talento sino que han conseguido hacerse eco del de los demás, que nunca quisieron ser ricos ni famosos, y por supuesto nunca osarían enseñar nada o sentar cátedra alguna. Así, con estos tintes de humildad y parsimonia extrema, nos hacen entender muchas cosas. A diferencia de la mayoría, que hacemos una y contamos veinte, ellos inventan, crean, gestionan, unen y emergen de la nada un grandísimo todo, y lo entregan sin temor ni egos varios.

Ni se miran al espejo, hacen y no dicen, generan y ni se enteran. Olé.