No hay duda, Carolin Cora ama la moda por encima de todas las cosas, y gracias a ello sus manos son capaces de traer al mundo grandísimas creaciones para vestirnos y alegrarnos la vista. Alma mater de la ecléctica firma Caro Cora, después de años paseando por nuestro país, hoy campa a sus anchas por las desordenadas calles de Berlín.
Se levanta bien temprano, empezando el día inevitablemente con un buen café, disfrutando de ese primer ratito sagrado en el que deja su mente en blanco y escucha el silencio para lanzarse a la vorágine diaria sin estrés, ni agobios.
Ha situado su estudio de trabajo en un espacio independiente dentro de su propia casa de Kreuzberg, ya sabéis, eficacia alemana.
Mantener a ralla las redes sociales, actualizar la web, responder mails, hacer cuentas, es decir, el pan de cada día de nuestros jóvenes empresarios, es el catálogo de tareas con las que inaugura cada nueva jornada de trabajo. Después, se remanga y se lanza a ese inmenso océano de creación y diseño que es su marca. Patronar, seleccionar telas, probar prendas, pedir materiales o crear nuevos estampados, todas ellas labores que la mantienen emocionada y feliz la mayor parte del día.
“Cada uno de nosotros puede comunicar su estado anímico con su ropa, y la verdad es que me gusta mucho crear un producto que la gente pueda usar, amar y vivir. La moda para mí es una obra de arte que se requiere día a día. Eso me parece genial.”
Su madre es interiorista y siempre animó a Caro y a sus hermanos a dibujar y a volcarse en el mundo del arte. Probablemente desde entonces comenzó a investigar a grandes autores, y a encontrar y almacenar referencias que integra en todas sus propuestas. Un listado de inspiraciones encabezado por Prada, Dries van Noten, Proenza Schouler o Christian Wijnants.
La nueva colección para el invierno 2013/14 se llama Midnight Garden. Visualizó un jardín en el medio de la noche y encontró en su imaginación algo realmente mágico, oscuro y quizá peligroso, pero rodeado de paz, naturaleza y colores escondidos. “Esta fuerza y misterio se ve en los frutos y flores que he usado para los estampados de las nuevas prendas. También utilicé detalles fuertes como el cuero natural o cremalleras metálicas.” Todo un ejemplo de la receta creativa, o de ese primer impulso conceptual, que domina la colección de principio a fin, y le otorga ese don de singularidad y elegancia que caracteriza a todo lo diseñado por Carolin.
Hace meses ha abierto en Mitte su propia tienda, en colaboración con otros cinco diseñadores. Además ha creado un portal de venta online de su firma Caro Cora, que navega viento en popa, seguramente porque una de sus nuevas ilusiones es conocer de cerca de su clientela y tener contacto directo con ella.
Por último, y por no obviar el carácter más solidario de esta joven viajera de 32 años, es de recibo mencionar su último reto. Desde hace unos meses ha comenzado una colaboración con una cooperativa de mujeres peruanas; se trata de diseñar y producir jerseys de punto de alpaca 100% y sumar recursos para personas desfavorecidas.
Cuando era niña, la madre de Carolin, cosía para ella y su hermano mellizo preciosos vestidos y trajes. Recuerda con mucho amor unas chaquetas, una roja y otra azul que les tejió a mano. Ya por aquel entonces, con cinco años, Caro diseñaba sus propias prendas y robaba retales por casa para crear las que fueron sus primeras colecciones. Augurios de la que sería una historia que recién comienza y que sin duda dibujará para Carolin Cora, un futuro de éxitos.
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