Hace más o menos 30 años una bombillita se encendió en la madrileña calle Atocha. Desde entonces no ha dejado de brillar y de generar grandes ideas, quizás inspiradas todas ellas por esas tardes en la tienda de ultramarinos de su abuelo en las que miraba hipnotizado millones de logotipos en los botes de tomate, champú y friega suelos. Pablo Mesa, portador de semejante caudal creativo se acerca a loff.it para darnos la receta.
Hoy, desde su nueva ciudad, Nagoya, Japón, se alegra de haber dado el paso, todo un espaldarazo a nuestra crisis que reclamaba poner tierra de por medio. Le esperaban clientes, mentes despiertas y alegres, y un porvenir de éxitos, lamentablemente para encontrar todo ello tuvo que hacer las maletas. Una historia que todos conocemos.
Nos cuenta que comenzó suspendiendo "tijera" en el colegio, después fue de los primeros en "pasar a boli", y en esos días empezó a pintar los libros mientras escuchaba, digamos no mucho, a los profesores. Después estudió Ilustración en la ESDIP y Diseño Digital en el IED, lo cual, asegura, le abrió incontables nuevos mundos en los que perderse. En su currículum invadido por flamantes firmas y sellos como Elle, Missoni y Bimba y Lola entre muchos otros, destaca con una luz especial su proyecto Blank Magazine una revista digital de tendencias con cuyo trabajo y labor aprendió que es más importante ser feliz y hacer cosas nuevas e interesantes, que seguir alimentando a la bestia viciada del diseño mainstream.
"Más que una profesión es un estilo de vida, que tiene que ver con la manera de fregar los platos, de cocinar, de hacer el amor… Es una labor aplicable a muchos aspectos vitales, y por supuesto a tiempo completo".
Ahora trabaja como creativo de la marca de calzado Maison de Fous de la que este septiembre podremos ver nueva colección y además se está centrando como nunca en ser lo que siempre ha sido, un diseñador y un gran artista, que desaparece del mapa para llegar a sus profundidades cuando tiene que hacer arte y que se toma los encargos de diseño como absolutos retos. "Siempre intento empezar de cero, dando al cliente la oportunidad de que su empresa sea única y que se olvide de las cosas que ha visto antes".
En una semana concluye la que ha sido su primera exposición en solitario en Nagoya (como debe ser el auténtico señorito ibérico a la conquista de nuevos horizontes). Y es que observando cifras y ventas, tiene más claro cada día en qué lugar tiene que vivir.
"El libro El buscón Don Pablos siempre fue uno de mis favoritos, después aplicar la picaresca elegante en mi trabajo fue cosa mía "Conversaciones con Picasso" por ejemplo, me enseño esa tenacidad con la que hay que trabajar, John Coltrane me enseñó a desarrollar múltiples variaciones sobre un mismo tema..."
Esta claro que no fue un niño normal, cada día comenzaba con un deporte nuevo o inventaba él mismo uno, y creemos que no ha cambiado mucho. Videoarte, publicidad, ilustración, diseño de moda, interiores y claro, su amado diseño gráfico; un cuaderno de bitácora movidito y repleto de desafíos y valentía que ha dado alas a un cerebrito infatigable y muy muy colorido. Señor Mesa, cuenta usted con nuestra más sincera admiración.
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