Vivió en Villalba hasta los 12 años, y luego se trasladó a Alicante hasta los 27. Estudió Filología Inglesa pero de primeras, recién salida de la facultad, no quiso meterse a profesora y comenzó a trabajar y a investigar "el plan perfecto". Fue en esta tesitura cuando dio con las becas del ICEX y consiguió la suya sin pestañear mientras sacaba adelante otro máster en comercio internacional de la UCM. Con su plaza en el ICEX viaja a Turquía durante un año, fantástica temporada que precede a su vez a una larga estancia en París.
Lo que se dice, y con perdón, un culo inquieto.
La imaginación y la creatividad no eran requisitos indispensables en estas tareas ligadas al mundo empresarial, así que ni corta ni perezosa hace una vez más las maletas y se lanza a dar una completísima vuelta al mundo de ocho meses.
Sus primeros pinitos en el mundo del diseño y las artes fue con BdBom, una firma de moda y complementos con la que se abrió camino en el mundo de la creación emergente en Madrid.
Todo ello antecedentes de lo que es hoy una carrera brillante como pintora marmolante o marmoleadora, concepto que reconocemos, alegremente nos acabamos de inventar. Lo de la pintura marmoleada, se trata de un oficio pretérito y tradicional que requiere una paciencia y delicadeza muy difícil de encontrar, que parece, Nuria tiene de sobra.
"En la pintura marmoleada he encontrado un pequeño oasis, lo conoce muy poca gente y se utiliza principalmente para la encuadernación artesanal, es una profesión muy antigua y llena de historia".
Metámonos en harina, siendo precisos la técnica oficialmente se llama Ebrû, nombre proveniente del turco, que se refiere a este sistema de estampación de papel que en castellano denominamos "marmoleado". Los antecedentes de la técnica están en el suminagashi japonés, cuyas primeras referencias datan del S.IX, luego se extiende por Persia y llega después a Europa, donde empieza a ser popular en el S.XIX.
Su segundo padre y mejor amigo, le acerca la técnica y le propone que la investigue, con la sorpresa de ella, que nunca había sido buena dibujando, según dice. Encontraron una escuela cerca de la torre de Galata y se produjo el flechazo, Nuria quedó completamente enamorada y sin comerlo ni beberlo se ha convertido en la mejor embajadora del marmoleado en muchos kilómetros a la redonda. Sus maestros: Ezgi Erol Turan y, ya en España, Antonio Vélez Celemín, la tienen en sus filas, con una alumna aventajada y un sincero talento.
Viendo donde surge todo, lo de "trabajo de chinos" nos viene al pelo y es que se trata de una labor que exige cuidar al detalle, en todas sus variantes, la calidad del agua, la temperatura, los tipos de pigmentos o gouaches que utilizar y por supuesto, los tiempos de impregnación. "Lo maravilloso es que el lienzo es agua, mezclada con diferentes espesantes, y depositada en una bandeja del tamaño del papel. En esa superficie se vierten los pigmentos mezclados con surfactante, que es una de las claves para que las pinturas imiten las vetas del mármol y floten en la superficie".
Nuria vive entre diferentes cepillos, brochas y agujas con las que dibuja a horas y deshoras. Ver el movimiento de las pintura en la superficie del líquido para conseguir las diferentes formas y acabados, es su gran pasión.
"Lo más mágico es que nunca podrás obtener dos diseños iguales y que jamás estás seguro del resultado hasta que no levantas el papel de la superficie y arrastras el dibujo. Cada papel es una experiencia intensa, un pequeño lapso de inquietud y nervios, un expectación enorme"
Después de dar vueltas y vueltas con sus materiales, ya que no es fácil dar con el espacio adecuado para su labor, ahora comparte taller con la milagrosa encuadernadora Silvia Hijano (sin duda futuro Talent) en Utopic_US.
El futuro, hacerse cargo de la casita rural de sus padres y asentar allí su gran y marmoleado taller.
"Desde niña me quedaba absorta con las formas irregulares de las guardas antiguas de los libros. Además el papel es naturaleza, está vivo y envejece y tiene miles de aplicaciones."
Ahora está probando el sistema en tejidos para una, seguro fructuosa, colaboración con una diseñadora.
Encuentra influencias a la hora emprender sus creaciones en la cultura otomana y persa, universos que le fascinan con detalles como las miniaturas, los iluminadores y los antiquísimos ejemplares en papel. La naturaleza también es una de sus fuentes de inspiración en elementos como las vetas de las rocas o como los cristales y ágatas.
Le preguntamos por los inconvenientes, por las piedras del camino que en ocasiones no le permiten avanzar y nos alecciona con rotundidad y acierto "Los obstáculos no existen, tan sólo debemos vencer al miedo. Hay tareas que llevan más trabajo, o más tiempo, o son menos gratas, pero forman parte del proceso."
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